"La enseñanza de la Religión y del Humanismo cristiano no debe salir de la Escuela ni de la misma ...

Forzados por la matemática del resultado de las últimas elecciones, los políticos no tienen más remedio que abordar el tema de la educación por consenso, tras décadas de leyes y reformas terciadas. El ministro Méndez de Vigo, de espíritu más dialogante que Wert, patrocina un nuevo diálogo social en orden a un gran pacto educativo. Poco a poco van expresándose los distintos sectores afectados. Días atrás el portavoz de la CEE, Gil Tamayo, ha expuesto con contundencia la opinión de la Iglesia en una entrevista reciente. Es conocida la opinión de la izquierda en el sentido de eliminar la docencia de la Religión en la escuela pública y de limitar el apoyo a la concertada.

Saludamos con gozo la ocasión que la historia por fin nos brinda. Pero con el acostumbrado temor de que sea una nueva ocasión para el recorte. Se hace difícil entender esta inercia en una sociedad construida históricamente sobre la base de sus valores cristianos. Una sociedad que tanto recibe a día de hoy de la entrega generosa de muchos que promueven el bien común alentados por la fe de un líder que tiene por lema el amor y que entrega su vida por esa misma causa: Jesús de Nazaret. Desde la perspectiva de que son necesarios para la formación de las jóvenes generaciones, ahora más que nunca tras la "crisis de valores", pedimos a quienes nos gobiernan que escuchen esta petición del "colectivo" más grande de este país, los católicos: Sin la educación en la fe y los valores una sociedad se muere por "falta de fondo". Si se expulsa a Dios de las aulas, es difícil permitir que pueda responder a los interrogantes más hondos que cada generación le sigue haciendo indeleblemente. La religión nos acompaña desde que devinimos seres humanos: si no se cultiva este aspecto de nuestra existencia, la realidad humana estará coja, la educación dejará de ser integral y, sin norte (sin "sentido") es muy difícil que los niños y los jóvenes tracen su propia ruta en el mapa de la vida.

Por otro lado, parece injusto privar a los padres del derecho a elegir la formación religiosa y moral que el Art. 27 de la Constitución y el texto de los mismos Derechos Humanos recogen. Del mismo modo, dejar en la calle a un personal docente que ha sufrido en estos años como ninguno un trato degradante en cuanto a sus derechos laborales y a su presencia en los centros dice poco de quienes tendrían que defender los derechos de los trabajadores. No olvidemos que muchas familias dependen para su subsistencia del trabajo de estos profesores.

Así pues, hemos empezado a promover la agrupación de quienes tienen estas o parecidas opiniones para que se oiga mejor nuestra voz. Se ha creado a nivel regional la asociación Docere, a la que se puede añadir profesores de Religión, profesores en general, padres? Del mismo modo, se ha constituido Fecampa que federa AMPAS del entorno de la educación católica. También nos hemos organizado en equipos de trabajo (EEE) como profesores de ERE de modo que sea más fácil la expresión pública de nuestro sector. Aparte de otras iniciativas que van surgiendo (¡Se admiten sugerencias!). Mantenemos un trato cordial con la Administración en el deseo de que esta voz sea oída y el diálogo no se malogre. Esperamos que las arduas negociaciones que han comenzado recojan este sentir mayoritario en la sociedad española, avalado por la elección continua de cerca del 70% de los padres: la enseñanza de la Religión y del Humanismo cristiano no debe salir de la Escuela ni de la misma sociedad, si es que es verdaderamente democrática.