¡Feliz Navidad!

Un año más la Navidad ha llegado a nuestros hogares, unas fechas entrañables que se sienten como las más familiares de todo el año. Quizá por ello, también hay que acordarse en estos días de quien no tiene familia, o de aquellos que viven solos, que acusan especialmente en estas fechas dicha soledad.

En las ciudades las luces navideñas invaden con su magia las principales vías, incitando al paisanaje al consumo, que se dispara en estas fechas. En el mismo escenario, por las noches, algunos vagabundos, los desheredados del sistema, se tapan con unos cartones intentando evitar un frío que arrecia duro a estas alturas de diciembre.

Muchos otros, emigrados de su patria grande o chica, toman los mandos de sus coches, se suben al tren, al autobús o al avión, y emprenden un viaje con el sueño de volver a reencontrarse con sus seres queridos y con su tierra.

Es la Navidad una época de exaltación de los valores humanos, en la que tendemos a encontrarnos con el bien, esto es, con aquello que el resto del año parece quedar aparcado por las inquinas personales. En Navidad renace lo mejor del cristianismo, la solidaridad, y se tienden a dejar de lado las actitudes bélicas que llevan acechando al mundo desde sus inicios, con tropelías frecuentemente realizadas en nombre de uno u otro dios (pese a no haber sido éste consultado al respecto).

No obstante, hay dudas más que fundadas para pensar que la paz que se pregona en estas fechas dejará de lado a lugares como Siria o Irak, envueltos en una espiral de violencia y muerte en la que todo pacto de alto el fuego es violado sistemáticamente, destrozándose vidas, familias, hogares,? Sueños, en definitiva.

Entretanto, la llegada de los seres generosos que nos colman de regalos en estas fechas, ya sean los Reyes Magos, Papá Noel, la Vieja del Monte, etc. comienza ya a avistarse en los ojos ilusionados de los niños, ansiosos de que llegue ese día tan esperado todo el año en que los deseos de sus cartas se materialicen en regalos. Desgraciadamente, siendo como es tan amplio el mundo, los regalos pedidos no podrán llegar a todos los rincones del mundo, por lo que habremos de agradecer la fortuna de que, en nuestro caso, todos los años estén pudiendo llegar los nuestros.

Y, como no podía ser de otra manera, quiero aprovechar esta última tribuna del año para desear a todos los lectores que pasen una feliz Navidad. Que disfrutéis mucho de estas fiestas y que los reencuentros navideños con familiares y amigos os llenen de alegría. Nos vemos en 2017.