Un colegio que llega al fondo de sí mismo sabe lo que es la música

Decía Boecio en el siglo VI que "cualquiera que llega al fondo de sí mismo, sabe lo que es la música". El Colegio San Agustín así lo experimenta cada curso, cada mes de noviembre, cada día. El centro escolar ha vivido su 49 edición del Festival de la Canción, el mejor colofón a una Semana de la Música en el aula y fuera de ella para celebrar la festividad de Santa Cecilia.

En el San Agustín, profesores y alumnos sienten las palabras de Daniel Barenboim, en 'El sonido es vida': "La lección más difícil para el ser humano ? aprender a vivir con disciplina pero también con pasión, con libertad y al mismo tiempo con orden ? es evidente en cualquier frase musical". Por ello, llegado el otoño, esta comunidad educativa saca lo mejor de sí, lo que lleva dentro, que no es otra cosa que un corazón que late al compás de la música porque, como proclamaba Aristóteles "nada hay tan poderoso como el ritmo y el canto de la música, para imitar, aproximándose a la realidad tanto como sea posible, la cólera, la bondad, el valor, la misma prudencia, y todos los sentimientos del alma, como igualmente todos los opuestos a éstos" (Política, Libro VIII, 5).

Hoy el colegio San Agustín sabe lo que es encontrar la armonía en medio de tanto ruido, en el diálogo de las preguntas y respuestas, en la capacidad de escucha, en la respiración a la par de todos sus miembros, en el equilibrio de las emociones, en las notas pero también en el silencio.

Aquí, en sus aulas, en sus escenarios, se asume que gracias a la música se puede avanzar en ser mejor persona, porque el colegio realza sus valores como un camino para una buena educación. En el san Agustín se siente el grito al unísono de ¡Viva la música!, ¡Viva santa Cecilia! Pues eso.

Reportaje gráfico: Manuel Lamas

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