Tudanca, muñidor de la "operación Reconquista"

Anunció que cogería su coche de inmediato para reunirse con la militancia socialista por toda España, pero parece que Pedro Sánchez ha decidido tomarse con más calma la "operación Reconquista". De momento, en lugar de su Peugeot, el ex secretario general del PSOE lo que cogió en días pasados fue un avión rumbo a Washington para participar como ponente en un seminario organizado por el Centro Iberoamericano de Gerencia Política. En la capital estadounidense Sánchez asistió con tanta sorpresa como espanto a la victoria Donald Trump.

Entretanto, los barones territoriales socialistas que siguen guardándole fidelidad, entre ellos el castellano-leonés Luis Tudanca, siguen coordinando su estrategia común. Antes de asistir al congreso de los socialistas catalanes, Tudanca fue uno de los asistentes a la reunión celebrada en un hotel madrileño de la que dio cuenta "El País", a la que tampoco faltó el ex portavoz socialista en el Senado y senador autonómico por Castilla y León, Óscar López. Según algunos medios, los "sanchistas" están tratando de forjar un acuerdo con José Borrell para que el ex ministro y el ex secretario general formen un tándem para hacer frente al "susanismo" en el congreso federal al que algún día tendrá que poner fecha la gestora.

Pendiente de convocar el Comité Autonómico del PSCL-PSOE anunciado para este mes, Tudanca se desplaza esa tarde a Zamora, donde tiene previsto reunirse con la agrupación local de la capital, a cuyo frente está la diputada Mar Rominguera, que, aunque partidaria del "no es no", acató por disciplina la abstención que facilitó la investidura de Rajoy. La visita de Tudanca supone todo un trago para el secretario provincial del PSOE, Antonio Plaza, quién después de haberse alineado con el "susanismo" en las dos últimas reuniones del Comité Federal -en la primera votó contra Sánchez y en la segunda respaldó la abstención-, tiene de uñas a la militancia zamorana, partidaria justamente de las posiciones contrarias.

Si es que no da la espantada y tiene una cita inexcusable a esa misma hora, a Plaza le espera un ambiente tan hostil como el que se encontró la diputada Soraya Rodríguez en la asamblea celebrada la pasada semana por los socialistas vallisoletanos, en la que tuvo que oír de todo menos bonita. Y suerte tuvo que, por cuestiones de agenda, no pudiera acudir a la cita el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, máximo detractor tanto de la abstención como de la propia gestora que controla y maneja Susana Díaz.