Solidaridad para paliar las heridas de las crisis

"Arroz y pasta". Solo necesita unos segundos para repasar mentalmente lo que queda en la despensa. "¿Qué ibas a comer hoy?" "Pasta", responde, "aunque a veces no como, no siempre tengo hambre". Desde hace meses tenía anotado el número de teléfono de la Asociación de Emergencia Social Cajas Solidarias, pero hasta este sábado, uno cualquiera de octubre, no se ha atrevido a cruzar la puerta. Su nombre podría empezar por M de mujer, mayor de 45 años, con formación y un amplio currículum laboral, hasta que la crisis pasó por su vida como un tsunami. Sin empleo desde hace ya demasiados meses, percibe una prestación de poco más de 400 euros mensuales. Descontando los gastos básicos le quedan 35 euros para pasar el mes.

Si nos cruzáramos por la calle posiblemente no reparáramos en ella, porque la invisibilidad también acecha a las víctimas de las consecuencias de una crisis que para un sector de la población no solo no ha pasado sino que "ha empeorado", subraya Javier García, presidente de Cajas Solidarias en Salamanca. Familias que corren el riesgo de quedar varadas en una situación de vulnerabilidad social, porque "la pobreza se hereda". Son los testimonios, tan sinceros como duros, que están detrás de las cifras que como sociedad deben sonrojarnos. "Esto no me puede pasar a mí". Ella lo pensó, y no fue la única; tenía trabajo y cuando lo perdió incluso continuó formándose en busca de oportunidades en otro sector laboral. Pero hay puertas que se empeñan en no abrirse. No ha sido fácil venir hasta aquí, por eso nos pide, y respetamos, dejar su nombre en el anonimato.

Pobreza severa

La pobreza severa en España, que engloba a las personas que tienen unos ingresos anuales inferiores a 4.000 euros o 334 euros mensuales, afecta al 7,6% de la población, lo que se traduce en más de 3.500.000 de personas, según los datos del reciente informe 'El Estado de la Pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2009-2015' realizado por la Red Europa de la Lucha contra la Pobreza y Exclusión Social (EAPN). Un informe que también revela que uno de cada 10 niños en España está en situación de pobreza.

"Hay niños cuyos padres no pueden ir al supermercado a hacer la compra", relata el presidente de Cajas Solidarias. Familias que no pueden hacer frente a gastos como la calefacción, ropa, medicamentos o material escolar. "Aquí tengo la lista de lo que necesita el niño". La madre, una de las mujeres de las familias que esperan su turno para entrar en el almacén de alimentos, o supermercado solidario, desdobla el papel y repasa con el dedo la lista hasta detenerse en el total, "145 euros, ¿si vengo aquí como voy a tener para pagar esto?" Son situaciones, cotidianas en apariencia, que agudizan las desigualdades. Desde Cajas Solidarias, asociación que inició su andadura a finales de 2013, tratan de paliar algunas de las heridas que ha dejado la crisis. Atienden a más de 450 personas. "Con el aumento de los parados sin prestación en Salamanca, están aumentando también las necesidades y las solicitudes de ayuda en la asociación", alerta Javier García.

La inestimable labor de los voluntarios

La labor de los voluntarios, en especial su trato amable y honesto, es el pilar sobre el que se sustenta Cajas Solidarias. Semanalmente se encargan del reparto de alimentos entre las familias, entrega que se realiza en función del número de miembros, sus edades y sus necesidades prioritarias. Cuando una persona o familia se acerca a la asociación, explica su presidente, lo primero es conocer exactamente cuál es su situación real y su riesgo de vulnerabilidad, realizando además un posterior seguimiento. "Tenemos en cuenta los ingresos de la unidad familiar, los gastos que genera la vivienda (alquiler o hipoteca, electricidad, gas, comunidad), pero también si tienen alguna deuda o préstamo por pagar. Una vez descontados los gastos de los ingresos, dividimos la cantidad por el número de miembros de la unidad familiar, habiendo establecido una cifra máxima hasta la que pueden recibir nuestra ayuda". La cercanía con las familias permite detectar otras necesidades y, en la medida de sus posibilidades, tratan de ayudar. En ocasiones esa necesidad pasa simplemente por hablar, por ser escuchados. La asociación presta además asesoramiento jurídico gratuito, y este curso ofrecerán clases de apoyo escolar a los niños, a partir de los 9 años los sábados por la mañana.

Para completar la entrega de alimentos básicos (leche, legumbres, pasta, arroz, tomate...), y gracias a la donación anónima de empresas de Salamanca y provincia, de manera periódica pueden añadir a la cesta de las familias fruta, carne o embutido (como en esta jornada de sábado en la que llegan las cajas bajo la etiqueta de Limusín solidario y de Cárnicas Iglesias). Aunque las estanterías del almacén se hayan vuelto a llenar tras recibir la remesa de alimentos del FEGA, del Banco de Alimentos de Salamanca, siempre se necesitan cosas. En esta ocasión, por ejemplo, no han llegado pañales, toallitas y otros productos básicos de higiene infantil.

Trabajadores pobres

Aunque detrás del desempleo están la mayoría de las situaciones de pobreza y vulnerabilidad, la crisis ha dibujado un nuevo perfil, el del trabajador pobre. Tal y como recoge el informe de la EAPN, la tasa de trabajadores pobres, que no superan el umbral de pobreza a pesar de tener un trabajo debido a la bajada de salarios y al aumento del empleo temporal, ha pasado de 11,7% en 2013 hasta el 14,8% en 2015.

Desde Cajas Solidarias hacen un llamamiento a la solidaridad, colaborando como voluntario de la asociación o con el donativo de un euro al mes a través del grupo de teaming (https://www.teaming.net/asoc-emergenciasocialcajassolidarias). Más información a través de su página de Facebook o del correo electrónico [email protected].