Hermandad de Santa Teresa, una asociación centenaria detrás de las fiestas teresianas

Las fiestas teresianas de Alba, tanto las de la Transverberación en agosto como las patronales en octubre, tienen detrás distintos protagonistas. En el caso de las fiestas religiosas, además de frailes y monjas carmelitas, son parte muy importante la llamada 'Hermandad de Santa Teresa', una especie de cofradía local que se encarga de la organización del novenario y procesión.

No hay documentación anterior al siglo XIX sobre la Hermandad, ni tampoco noticias de que existiera antes, por lo que es de suponer surge de forma espontánea y sustitutiva en el momento de la exclaustración de los frailes (1836) cuando éstos, como sucedió en toda España, por orden gubernativa abandonan Alba de Tormes y quedan sólo las monjas carmelitas como responsables de todo lo relativo al sepulcro teresiano.

Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX

El primer documento a nuestra disposición es el texto impreso de las Constituciones de dicha Hermandad de Santa Teresa, aprobado por el obispo salmantino Martínez Izquierdo (5.8.1882), y que hoy constituye una rareza bibliográfica. Un texto legislativo que ha regulado dicha Hermandad hasta finales del siglo XX en que se procedió a una revisión de dichas constituciones o estatutos (10.8.1981), completando entonces su título oficial: "Hermandad de Amigos de Santa Teresa de Jesús". Más tarde (1998) fueron sometidos de nuevo a revisión y a la aprobación episcopal, y son los que están vigentes ahora. El momento oficial constitutivo coincide con el III centenario de la muerte de santa Teresa, por lo que podemos deducir que fue una solución de urgencia, para afrontar ese primer centenario teresiano que en Alba y Salamanca tuvo una repercusión inusitada. Pero tampoco hay que descartar el influjo de San Enrique de Ossó en la decisión de oficializar y poner orden en esta institución, hasta entonces mucho más informal, e incluso debió influir hasta en la redacción de las dichas constituciones, porque antes de esas fechas mantenía un contacto fluido con la villa.

Agrupa a todos los devotos de la villa ducal

Hablar de la Hermandad en Alba para muchos es hablar sólo de los 3 delegados que llevan los varales de plata en las procesiones delante de la imagen de la Santa, el buscar predicadores, pagar gastos, etc. Pero es mucho más, puesto que agrupa a todos los devotos de la villa y a muchos otros que están fuera, pero que quieren estar espiritualmente al lado de su sepulcro, allí donde estén.

Los que tenemos una cierta edad recordamos todavía el lugar especial que ocupaban sus miembros durante el novenario de octubre, en el crucero de la iglesia de las Madres, incluso reservado mediante una reja de separación que ya ha desaparecido. En la sacristía de la iglesia de las monjas colgaban dos cuadros con la lista de sus componentes, hombres y mujeres, y donde aparecían como miembros de honor Francisco Franco y señora (2.5.1939), los duques de Alba (25.8.1963), y otros personajes. Tiempos intensos aquellos años en que la institución estaba presidida por el párroco Don Miguel Matías y por el eficaz secretario de la misma durante tantos años, Jaime Briz López, una persona a quien todavía no se ha reconocido en Alba su labor en favor de santa Teresa, pero no menos su actuación política. Pero los tiempos cambian, y a mejor. Hay ya dentro de sus filas una mentalidad más participativa, por lo que las mujeres tienen dentro de ella un puesto más igualitario y hasta pueden portar los varales en la procesión, cosa impensable en tiempos atrás. Se han abierto otros caminos que no sean exclusivamente los del culto, como las actividades de tipo cultural y pastoral, pero siempre para promover el conocimiento de santa Teresa.

Promotores de la estatua teresiana realizada por Venancio Blanco

No deja de ser significativo que fuera dicha Hermandad la que promovió la iniciativa del encargo de la estatua teresiana a Venancio Blanco para colocar a la entrada de la villa (1977), sin duda el mejor monumento moderno al aire libre que poseemos; o que desde 1982 tenga una de sus actuaciones más significativas en la organización de la Marcha Teresiana (recorrer cada año el camino final teresiano desde Medina del Campo a Alba de Tormes, 17/20 septiembre) y que va ya por su XXXVI edición; ésta fue una intuición del ya fallecido Eladio Briñón y del actual vicario general diocesano, Florentino Gutiérrez. Y así se pueden mencionar también otras actividades que se deben a la iniciativa de la nueva savia inyectada en esta institución con más de un siglo de existencia.