La calma que precede a la tormenta festiva
Cantalapiedra se prepara para vivir sus Fiestas de los Novillos en medio de una tranquilidad que invita a pasear y contemplar sus monumentos (VÍDEO Y GALERÍA DE IMÁGENES)
Se avecinan días de alegría, música y diversión. La habitual tranquilidad que se respira en Cantalapiedra desaparecerá para dar paso a un torrente festivo que inundará cada rincón del pueblo. Mientras tanto, los cantalapedrenses aprovechan los días paseando mientras son acariciados por los rayos de sol de un verano que se acerca a su final, preparando las peñas a la vez que eligen las canciones con las que bailarán y se dejarán la voz y disfrutando de los espectaculares atardeceres bañados por el color del secano.
El visitante se ve impresionado por la riqueza artística que este municipio alberga, desconocida por muchos vecinos de la comarca. El campanario de la imponente iglesia de Santa María del Castillo recibe al visitante, visible desde kilómetros alrededor del pueblo. El encanto de la ermita atrae la mirada al llegar a la localidad, invitando a pasear entre sus árboles y flores. Cada pocos pasos, el forastero se ve sorprendido por una torre, una calle o incluso un templete que poco a poco le convence de que Cantalapiedra es uno de esos pueblos a los que de vez en cuando hay que volver.