Si hay un político en Castilla y León alejado de la bronca y de la descalificación, sin enemigos declarados incluso dentro de su propio partido, ese es el actual alcalde de León, Antonio Silván, un tipo que ni ante la mayor contrariedad pierde la sonrisa.
Ese talante contribuyó seguramente a reunir el nutrido y selecto auditorio que ayer se dio cita en el madrileño hotel Ritz para asistir al desayuno del foro Smartcity en el que presentaba la idea de ciudad que impulsa desde su llega a la Alcaldía, un proyecto que ha dado en llamar "León XXI-21". A la vez había otro factor causante de tan inusitada expectación: Escudriñar las palabras de su presentador, que no era otro que Juan Vicente Herrera, por si el presidente de la Junta deslizaba, siquiera fuera entre líneas, alguna clave sobre su hipotética sucesión, supuesta carrera en la que Silván ni ha estado nunca ni nunca ha dejado de estar.
Por si alguien no lo suponía, Herrera dejó claro que tiene la mejor opinión del que ha sido durante doce años consejero de su gobierno. Y sabedor del morbo que flotaba sobre el ambiente se confesó expresamente "partidario de Antonio Silván", proporcionando así el titular que necesitaba la abundante peña mediática presente en el acto. Después de Antonio Chenel "Antoñete", no consta que el presidente de la Junta hubiera vuelto a declararse públicamente partidario de alguien.
Tras la exposición realizada por Silván, rematada con una cita de JFK, en el posterior coloquio la pregunta del millón se hizo esperar, tanto que se llegó a temer que el alcalde se quedaría sin pronunciar la respuesta oportunamente preparada: "Herrera es el mejor entrenador que puede tener un equipo, después cada jugador juega donde le corresponde en cada momento". Pues eso, que ni sí ni no, sino todo lo contrario.
En respuesta a otras cuestiones de carril, Silván defendió la actitud de Mariano Rajoy ante la investidura y lanzó sus dardos -sin acritud por supuesto- contra el acuerdo PSOE-Ciudadanos, eso sí cargando la suerte contra el primero, ya que no en vano gobierna León con la leal colaboración de los concejales de Albert Rivera. Antes había lidiado con oficio una pregunta sobre el conflicto Junta-Gobierno Rajoy en torno a la minería, un morlaco astifino y tobillero dada la presencia en la sala de Soraya Sáez de Santamaría, nada sospechosa de haber apoyado al carbón autóctono. La vicepresidenta en funciones, acompañada de su inseparable Jefa de Gabinete, encabezó la abundante nómina institucional congregada en torno al edil leonés.
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