Irse de boca

Sostiene Ernesto que en este país pocas personas tienen sentido de Estado. Los días de niebla va más allá y lamenta que algunos españoles no le tengan aprecio a España. Este desafecto por su tierra lo escenificó recientemente el madrileño Fernando Trueba al recibir el Premio Nacional de Cinematografía?, y embolsarse los treinta mil euros que adornan el galardón. Resultó extraño, y hasta estrambótico, que una persona que ha nacido en la capital de España, desarrollado su trabajo gracias a subvenciones de sus Gobiernos, que la temática y argumentos de buena parte de sus películas son españoles, que las gentes que han pagado para verlas han sido mayoritariamente sus paisanos, que ha recibido el "Goya" y el "Óscar" por sus trabajos con actores españoles, declare que no se ha sentido español ni cinco minutos de su vida.

Por desgracia esta malquerencia no es una excepción, ni viene de ahora. Tal vez se deba? Al sufrimiento, producido por la explotación que las oligarquías nobiliaria y eclesiástica hicieron de España y de los españoles durante siglos, eliminando a los que se resistían u obligándoles a marchar al destierro. Al aborrecimiento, a unas élites corruptas que han estado saqueando el país impunemente. Al desapego, de las familias de aquellos que tuvieron que emigrar hacia horizontes más generosos, porque España no les proporcionó los medios para ganarse la vida. A la intransigencia y al sectarismo, que en estas tierras los que no piensan como nosotros no son santos de nuestra devoción (lisa y llanamente enemigos). A la desconfianza, hacía algunos políticos que no cumplen lo que prometen y anteponen el provecho personal y partidista al interés general. Al desprestigio, servido poco a poco, como algunos venenos, por los políticos de los territorios españoles que quieren mantener o conseguir privilegios. Estos desleales y arteros nacionalistas de naciones que nunca existieron, manipulan la Historia y con idearios fascistas lanzan falsas acusaciones y descalificaciones para enmascarar su lucro personal, y enfrentar a sus ciudadanos con el resto de españoles. Ellos son los responsables de difundir la idea que lo que viene de fuera es mejor que lo propio, o de términos como "españolada" para calificar cualquier acto deleznable. Y el colmo de estos fariseos es infamar a los patriotas españoles, tiznándolos de fascistas, por querer para España lo mejor, mientras ellos pregonan un nacionalismo sectario, imperialista y trasnochado que murió con Adolf Hitler y Benito Mussolini.

Hace más de cien años ya soltó otra boutade Antonio Cánovas del Castillo, asesinado por un anarquista italiano; "Son españoles los que no pueden ser otra cosa". ¿Realmente hay españoles que se sienten extranjeros en España? O quizás simplemente haya personas que piensen que este país es manifiestamente mejorable (¿cuál no?). Estamos de acuerdo, pero? ¿no sería más efectivo ponernos manos a la obra y arrimar el hombro todos para cambiarlo-cambiarnos, en lugar de hacer declaraciones estúpidas?