Historia de la Casa de las Recogidas

Esta congregación religiosa nació en Madrid, su fundadora fue Mª Micaela Desmaisiéres y López Di castillo, que como religiosa tomó el nombre de Mª Micaela del Santisimo Sacramento, un 2 de abril de 1845.

La jóvenes caídas en la prostitución por desamparo, falta de medios, ansias de creer y prosperar, cambiaban el placer de su cuerpo por unas miserables monedas, convirtiéndose en madres solteras, hijos abandonados en conventos de religiosas -en el mejor de los casos- otros tirados a la calle, siendo víctimas del hambre, devorados por animales, o aplastados por el trote de los carruajes; Mª Micaela en una de sus múltiples visitas al Hospital de S. Juan de Dios, siente la necesidad de ayudar a las desoladas y desconsoladas, para ello funda un Instituto el 3 de febrero de 1856 junto a otras jóvenes ilusionadas con intención de consagrarse a la vida religiosa ayudando con su ejemplo a las desfavorecidas por la sociedad.

Se establece la Constitución que por carecer de importancia para el lector omito.

Las primeras adoratrices tienen sus casas en Zaragoza y Valencia, luego se expanden por España. En 1934 el papa Pio XI canoniza a la fundadora.

Durante la deseada y ser enterrada de una vez -Guerra Civil del año 1936-, veintisiete religiosas adoratrices fueron asesinadas, las que conservaron la vida debieron abandonar "sus casas", igual que otras órdenes, y pasar sobre todo las noches en casas de protección de amigos o familiares, eran tan pobres sus vestimentas de calle, que hasta lo niños le hacían burla, más que camuflar las mostraban, causando risa entre los que las veían, a su paso cantaban kirie leisom entre carcajadas y palabras soeces.

Durante el franquismo se dejó en sus manos y en otras órdenes religiosas femeninas, la custodia y disciplina de las presas. Ordenes como adoratrices y oblatas tuvieron una gran presencia en las cárceles.

La Congregación centra su espiritualidad en la Eucaristía, su fin es la Adoración al Santisimo Sacramento, suavidad, dulzura y amabilidad, han de ser las máximas de la Orden para con sus chicas, educan a jóvenes inadaptadas por medio de formación religiosa y espiritual, con meditación continua, abnegación, mortificación exterior, humildad y obediencia.

La fundadora dejó establecido que se puedan abrir colegios para niñas pobres, y que los Ejercicios Espirituales se puedan hacer en casas de la Congregación; actualmente el campo es amplio, residencias, comedores, dormitorios, enseñanzas y formación en talleres ocupacionales.

Mª Micaela nace en el año de una familia noble, un 1 de enero de 1856, era vizcondesa de Jorbalán, su hermano embajador en Paris a donde ella junto a la familia se traslada en su adolescencia, mientras por las tardes y noches vivía con la diplomacia, entre bailes, teatros, envuelta en telas caras, y joyas de gran valor, asistiendo a actividades mundanas, por la mañana visitaba hasta la extenuación de sus fuerzas, a enfermos e iglesias muy necesitadas, dejando grandes sumas de dinero que pedía entre sus conocidos para obras de caridad. Nadie se podía imaginar a Micaela, la mujer elegante y rica, cortés, diplomática en fiestas sociales, que visitara con carácter recio y exigiera a veces con dulzura, otras con chantaje, desvelar infidelidades, o trasiegos de dinero poco claros, a los poderosos pidiendo todo aquello que para ellos suponía un poco de dinero o el dejar un solar abandonado que ella convertiría en hospicio u hogar para madres solteras, pagaría entierros de niños, ablandaría a rudos negociantes, visitarías corralas, no dudando en limpiar de basura o amortajar a quienes lo necesitaban, era su forma de otras cara de vida, tuvo pasión por los niños, plaga como bien dijo:

"ver pasar en el carromato tambaleándose el ataúd con un diminuto cuerpecito, solo, sin nadie que llore su muerte, salir de casuchas abandonadas y llenas de miseria, niños llenos de mocos y ropa hecha girones, con pies descalzos, moviéndose entre la más absoluta de las miserias, rompe el corazón mas enrocado entre lujos.

Al regreso a Madrid, se dirige a S. Juan de Dios, dónde estaban las mujeres de "vida disoluta" que habían caído enfermas, piensa en poder ayudarlas, y junto a su amiga Mª Ignacia, consiguen una casita para llevar a las jóvenes en peligro de caer en este tipo de vida, o las que ya habían sido víctimas, poder salvarlas y darles una vida digna; muere en Valencia en 1865 víctima del cólera, es canonizada en 1934.

En Salamanca podemos ver la Casa de las Recogidas, o Casa de Aprobación, Colegio de la Encarnación, en la Ronda de Sancti Spiritus,nº 19,construido en el siglo XV,reformado en 1648 para acoger a las prostitutas desahuciadas de las Casas de Mancebía, muy abundantes en aquel entonces, debido a la proliferación de un mundo estudiantil, libre de prejuicios y con afanes de vida alegre y disoluta, estas mujeres caían con suma facilidad víctimas de enfermedades de transmisión sexual, u otro tipo de enfermedades propias de la época, la temible tuberculosis, lo que hacía imposible su trabajo como "mujeres del placer", viendo este panorama D. Gabriel Dávila y su esposa Felisa Alfornia de Solís, ponen esta Casa bajo la tutela del Cabildo Catedralicio.

Su nombre oficial fue Colegio de la Encarnación o Recogidas, se amplió por la orden de las Adoratrices en 1872.

Del antiguo edificio se destaca su exterior que conserva las ventanas y escudos, y un relieve de la Anunciación, datado en 1713.

Hoy es prolongación interior, del Colegio de Salesianas situado en Canalejas.

Que la visita entre la bruma del tiempo le lleve a recordar épocas que sucedieron con mayor crudeza que les cuento, hoy el "El bardo" su guía tras la niebla, apenas puede hablarles ya que asumo un exceso, de la Fiesta en Honor de Santo Tomás de Aquino, ¡que Dios me perdone,! sean generosos porque ni un maravedí queda en mi gorra. Gracias, gracias por sus monedas, seguiremos viéndonos en ésta bella ciudad con historias, leyendas y chismes, que juntas crean Salamanca, ciudad de saberes y diversión.