Minas de uranio

He abierto el ordenador para escribir mi artículo semanal con un tema sobre el que ya he escrito pero que me runrunea constantemente, el de los emigrados sirios, cuyo viaje transeuropeo parece una marcha apocalíptica. Pero no se por qué misterio lo primero que ha salido en mi pantalla ha sido el título que encabeza este artículo y la pequeña imagen lateralmente cortada que he colocado a la izquierda. Acompañaba una llamada de socorro de la plataforma ciudadana contra la mina de uranio que ya se anuncia inminente en la prensa y televisiones nacionales.

Se piden 200 firmas para evitar este atentado mortal hacia nuestra provincia, hacia la preciosa zona de la carretera que arranca de la autovía de Portugal y pasa por Retortillo, Balneario, Villavieja y Yecla de Yeltes hasta Vitigudino.

No tengo tiempo para detenerme ahora en hablar ampliamente de una comarca salmantina que descubrí un verano del 70, con una compañera catalana; que tantas veces he visitado; que desde hace más de treinta años la hicimos objeto de particular estudio un grupo de trabajo al que llamamos precisamente Vettonia, en el entonces ICE de Salamanca. Porque eran los Vettones, antepasados nuestros. prerromanos, los que queriamos conocer mejor, para arrancar de ellos, de nuestros orígenes, nuestras clases de Latín, lengua en la que están escritos los nombres vettones de las estelas mortuorias ya romanizadas. En muchas paredes de calles y corrales de Villavieja se consevan estas lápidas funerarias, arrancadas a los castros y a sus necrópolis.

Cuántos viajes, cuántas sorpresas, cuánta riqueza descubrimos en estos pueblos que adornados con inmensas lanchas graníticas, ahora una empresa australiana de minería va a desguazar. Y ello merced a una traición del alcalde y concejales del PP de Retortillo que para enriquecerse, han consentido a la empresa Berkeley explotar la mina de uranio con todos lo permisos que hasta ahora no habían podido alcanzar porque van contra la configuración de la zona, museo natural de historia y de arte, contra las salutiferas aguas del Yeltes, contra el bien común, la salud y el medio ambiente.

Manuel Lamela, 'número dos' de Miguel Arias Cañete cuando éste era ministro de Agricultura, fue contratado como lobista en Bruselas por la empresa minera Berkeley un mes después del nombramiento de Cañete como comisario europeo de Energía (2014). La empresa recibió luz verde del comisario pocos meses después para la polémica apertura de la mina de uranio en Salamanca.

Al pueblo de Retortillo, con la promesa de 200 puestos de trabajo, le engañaron el alcalde y concejales que han buscado su provecho y que tienen una supina ignorancia de todo lo que se juega para siempre si estos depredadores empiezan a intervenir. Serían tres minas en la provincia de salamanca: la de Retortillo; la llamada zona siete, 10 kilómetros al norte, la más rica en uranio y Alameda de Gardón. El material obtenido en todas se procesaría en la planta de Retortillo, donde se irán almacenando los residuos radiactivos del proceso.

En la provincia, en la capital, en la comunidad estamos en manos de dirigentes del PP, para quienes los bienes culturales parece no importar por mucho que se afanen en disimularlo en los periodos electorales.

Mina de uranio a cielo abierto. Cementerio nuclear. 30.000 encinas arrancadas. Muerte del Campo Charro, 30 siglos de historia, de arte, de belleza paisajística, la asusencia de turistas que vayan a contemplarlo?esto y mucho más nos estamos jugando.

Entre dudas y lágrimas pregunto: ¿Podremos todavía evitarlo?