No estamos todos, falta uno en el Senado

A diferencia de lo que ocurre en el Congreso, donde cuenta con 61 diputados menos que en la anterior legislatura, el PP sigue tan sobrado como antes en el Senado, donde mantiene su holgada mayoría absoluta. Tan holgada que se puede permitir el lujo de mantener un escaño vacante durante varias semanas.

Dicha vacante no es otra que la que ha dejado la presidenta provincial del PP en Soria, Mar Angulo, quién, dado que no es posible ocupar dos escaños en la misma Cámara, para poder tomar posesión como senadora por Soria ha tenido que renunciar al escaño de senadora de representación autonómica que ocupaba desde el pasado mes de julio. Ello ha supuesto realizar el camino inverso al realizado hace seis meses, en que tuvo que dimitir como senadora por Soria para pasar a ser senadora autonómica. Un enredo incomprensible producto del caprichoso dedo de Juan Vicente Herrera.

El hecho es que, mientras el pleno de las Cortes no designe a alguien para cubrir la vacante dejada ahora por Angulo, la comunidad de Castilla y León queda representada en la Cámara alta por dos senadores -eso sí, ambos de tronío: Juan José Lucas y Óscar López- y no por los tres que le corresponden. Y dado que el mes de enero es inhábil en el "mausoleo" de Villa del Prado, eso no ocurrirá como pronto hasta la primera semana de febrero.

Lo previsto era que el agraciado con el escaño fuera el director general dela Policía, Ignacio Cosidó, quien se vería así resarcido de su exclusión de las listas en las pasadas generales, en las que Mariano Rajoy le desplazó del numero uno por Palencia para colocar en su lugar al cunero Iñigo Méndez de Vigo, IX barón permanente de Claret y ministro de Cultura en funciones. Pero habrá que esperar, no sea que le levante el momio otro pretendiente.

Aunque cambiar un cotizado escaño en el Congreso por otro del devaluado Senado equivale a perder rango político, no parece haberlo visto así la vallisoletana Arenales Serrano. Al punto que, según ha sabido "El topillo" el miércoles celebró su reincorporación a la Cámara Alta como un feliz acontecimiento, invitando a un selecto grupo de amigos -mitad periodistas, mitad políticos- a algo más que un tentempié en un hotel de la Gran Vía.Genio y figura.