Visita al Convento de Santa Clara

Vamos a seguir tras la niebla, y escuchar la visita que "el Bardo" hace con un grupo de gente cuya meta es el Convento de Santa Clara.

-Esto que ven, es la ladera del- denominado antiguamente- "Alto de San Cristóbal" estamos en el casco antiguo de Salamanca, entre las iglesias románicas de Santo Tomé Cantauriense y San Cristóbal -observen- pueden ver restos de la iglesia de San Roman, hoy integrados en el colegio de la Siervas de San José.

-Ya hemos llegado al Convento de Santa Clara.

Olvidamos el siglo XXI y entre brumas nos situamos en el año 1120, varios grupos de mujeres, compuesto principalmente por esposas e hijas de nobles caballeros que su vida era la guerra, campañas que nunca tenían fin, deciden reunirse, buscando apoyo y seguridad, es entonces cuando nacen los beaterios.

Nota:

Beaterio, casa, vivienda en que residen las beatas, mujeres que visten hábito sin pertenecer a ninguna orden religiosa.

Doña Urraca viuda de Fernando II rey de León, se recluye en el beaterio de Santa María, no pasaban los mencionados beaterios por situaciones de abundancia crematística, ya que sus bienes habían sido confiscados por Alfonso IX; la venerable Urraca muere en el año 1226, no sin antes fundar el Monasterio de Veleña, allí vivió el final de sus días terrenales.

La mayoría de las damas que convivían con ella, eran nobles viudas, o huérfanas, deciden instituir en 1238(por otra Dª Urraca que sería su primera Abadesa), el Convento de la Dueñas de Santa María, de la Orden de S. Damian, acatando por un tiempo las Normas y Regla Benedictina, impuesta por su protector, el cardenal Hugolino, mas tarde Papa -Gregorio IX

Posteriormente, con el apoyo de los obispos salmantinos D.Martín y D.Pedro, aportaciones económicas de personalidades relevantes y donaciones del pueblo, se reconstruye el convento, concluida y consagrada iglesia en 1245, tomando el nombre de "FREYLAS DE SANTA MARÍA" pertenecientes a la Orden de S. Damián, regla Benedictina y costumbres franciscanas.

Pasan siglos, reyes y obispos (que por falta de espacio no les cito), solo recordarles que en el siglo II, la Comunidad pasa por un tremendo oscurantismo, debido principalmente al consentimiento de residentes en el convento. Acaudaladas damas seglares, que junto a la servidumbre (criadas,legas,donatas) se establecen en el monasterio, trocando el virtuosismo franciscano de ora e labora unido al sacrificio, en prescindir del trabajo como medio de subsistencia, para vivir cómodamente de los legados,donaciones,herencias o pensiones de gente noble, o adinerada, y también de las limosnas de los vecinos.

Algunas nobles seglares tomaron más tarde el habito de "Dueñas y Señoras de San Damián" protagonizando una anécdota que escandalizo al pueblo salmantino (1243-1254).El Papa Inocencio IV emite una Bula en la que se pedía: velaran por la honra de estas mujeres, por su reputación de religiosas de Santa Clara, ellas con ánimo de perversión, diversión cual sí estuvieran en palacio, vestidas con "el hábito franciscano de la clarisas", discurrían por la ciudad, paseando de calle en calle, de corrillo en corrillo, predicando ser monjas de Santa María, con una vida tan disoluta que causaron escándalo, motivo por el que dio el Papa la citada Bula, haciéndoles depositar el habito y la cuerda por indignidad.

Pueden contemplar cómo estamos ante una fachada barroca entrando en la calle del Lucero, ahora caminamos hasta la calle de Santa Clara, vemos la puerta de la iglesia (señala con su mano enfundando en guantes de ruda lana), ventanas y puerta con trazado gótico muy austero, coincidiendo, tal como les he dicho antes, con las recesiones que hizo Alfonso IX.

El Monasterio gozaba de una extensión muy grande, llevando el nombre de Real Monasterio de Santa Clara, pero un terrible incendio ocurrido en 1413 hizo desaparecer casi todo, conservándose de la primitiva construcción, muros y puerta exterior. ¡Observen las ventanas góticas con detalles en capiteles y columnillas anteriores!.

En el año 1970 se realizan obras en el Coro Bajo (vamos a entrar) y se ponen al descubierto grandes superficies policromadas para deleite de sus ojos, corresponden a los siglos XIV a XVIII.La techumbre había ocultado arcos rebajados -que veremos ahora-, datados en el siglo XVI con bellos medallones y enjaules, la silería del año 1550.

Vamos acceder a las techumbres mudéjares de laceria policromada, conservadas sobre la bóveda barroca de la capilla, corresponden a la primitiva iglesia.

Sin darse en sus cabezas observen las vistas que se contemplan, ¡no les parece que el cielo y la tierra se pueden coger con nuestras manos!

La visita ha concluido, son 30 minutos, pero antes pueden pasar por la sala de recuerdos y llevarse unas pulseras artesanales por un módico precio, y comprar dulces amarguillos, repetirán

Gracias por sus monedas que tan generosamente han depositado en mi pobre gorra, nos volveremos a encontrar muy pronto.