Pan para el pobre, dinero para el rico

Saltan de vez en cuando las campañas de recogida de alimentos promovidas por las ONGS y destinadas a ayudar a los desfavorecidos que, aunque siempre los ha habido, con la crisis han llegado a niveles que estremecen.

Hay desconfiados que niegan su ayuda, bien porque tengan sus razones argumentadas, bien porque aplaquen con ellas su posible sentimiento de culpa al no colaborar.

Pero cierto es que hay cosas que chirrían, y mucho, en algunas campañas, que nos llevan a meditar si no estamos haciendo el tonto al ejercitar nuestro sentimiento de solidaridad.

Me refiero, concreta y solamente, a las que promueven supermercados y centros comerciales.

Se han realizado campañas recientemente en un hipermercado salmantino, en colaboración con el Club Rotary Plaza Mayor de Salamanca y a beneficio del Comedor de los Pobres. A la entrada te entregan una bolsa destinada únicamente a los productos que compres para tal fin. En caja pagas, obviamente, y a la salida lo entregas. Obra de caridad hecha.

Claro que no solo hemos beneficiado al Comedor de los Pobres, sino también al supermercado que, tacita a tacita, ve incrementadas sus ventas en cantidades considerables (según la pasada campaña fueron 20.000 Kgs.)

No sé, ni me importa saber, si éste y otros supermercados donan también productos para la campaña, o si colaboran económicamente, porque eso sería "su" aportación. Pero los 20.000 Kgs. que calculan de ventas les dejan un beneficio que procede de los buenos sentimientos de los ciudadanos y que van a la saca del establecimiento colaborador.

No he leído en ningún sitio que esos beneficios se donen a la causa (no hacen ticket aparte de las bolsas de donaciones para luego calcularlo) pero si así fuera, que lo digan, que aunque esa donación no sería meritoria, pues sería dinero regalado por así decirlo, al menos nos quedaríamos un poco más tranquilos y nos evitaríamos estas desconfianzas que a muchos les llevan a no colaborar.

Nos queda la opción de hacer de vez en cuando compras donde nos dé la gana y entregarlo nosotros directamente.