Vuelta a la Edad Media

La historia poco o nada tiene que ofrecer afirman quienes han perdido la esperanza. El hombre ha alcanzado todas las metas en desarrollo social y poco o nada tiene que hacer la sociedad. Fracasado el modelo comunista y con un capitalismo desbordado por un consumismo exacerbado que se puede esperar. El modelo político está agotado y no se presentan fórmulas que sustituyan a regímenes caducos. Todo se tambalea y los hombres y mujeres aparecen indignados ante esta situación.

Miles de personas manejan el mundo mientras millones de personas son espectadoras del teatro de la vida. Este parece ser el paradigma de la indignación.

La elección parece evidente, o eres actor o eres espectador, no hay otra salida. O eres del clan que maneja y desmadeja o eres del rebaño. Al parecer no existe otra.

Otros niegan la mayor. No quieren ser de ningún clan que no sea el que lleve su nombre y no quieren ser espectadores de nada que no sean sus pensamientos, sentimientos y emociones, dicen algunos en alocada carrera hacía el enclaustramiento en el Ser que somos dejando al margen todo cuanto estorbe a su crecimiento personal y espiritual.

¿Volvemos a la Edad Media? Una clase y casta dominante, un pueblo adormecido y una clase ilustrada ensimismada y descomprometida junto a un puñado de justicieros guerrilleros que le roban a los ricos para dárselo a los pobres.

Esta caricatura de la realidad representa para muchas personas la verdadera realidad, la que le ha contado su mente y desde la que actúa e interactúa provocando con ello la existencia, al menos en su mundo, de la Edad Media. Pero la vida no es lo que nos cuenta la mente, es mucho más. Aunque podemos partir de este modelo mental y experimentar desde ahí el cambio que queremos.

La alternativa como siempre viene de la mano de lo simple y sencillo. Del dolor. ¿Quién está dispuesto a sufrir?. Nadie. Sencillamente nadie está dispuesto a sacrificar lo que tiene en pos de un bien mayor por común.

Seamos conscientes de cuanto nos rodea y veamos el mundo con más amplitud de miras y perspectivas.

Todo puede cambiar si yo cambio. Si cada uno asume su parte. Desde el corazón, desde la inteligencia cardiaca recientemente descubierta. Desde el sentirnos UNO, desde el GANAR-GANAR. Más este camino es de dolor, es de cruz, pues es dejar al lado lo que creo que soy, que solo es una creencia mental, para ser lo que verdaderamente soy. Esta es la evolución, la verdadera, la auténtica.

Este mismo artículo nació como reacción revolucionaria desde la indignación y ha ido evolucionando hacía una serenidad consciente y sosegada donde quiero vivir, por eso la intento representar en todo momento y pese a que todo me vuelva a llamar a tocar los tambores de guerra volveré al camino de mi corazón, volveré a mi casa, que es la de todos, la de mi Padre, que me creó que me quiere y me ama y se llama AMOR.

Sólo desde abajo se sube. Solo se levanta quien se ha caído. Solo se salva el que está en peligro. Sólo llego a la felicidad desde su ausencia. Es el eterno devenir de la energía que somos y que va de un lado a otro. Si ahora toca la Edad Media llegará el Siglo Oro. Todo pasa, es la ley de la impermanencia.