¿Puede la situación de paro afectar la salud física y mental del desempleado?

Comienza hoy esta sección de consulta de psicología, conscientes de que los problemas psicológicos están aumentando en nuestra población significativamente en los últimos años. El paro es el problema número uno de la población española actual.

Frecuentemente una primera orientación es tan útil que en algunos casos puede ser definitiva para resolver el problema.

Ni que decir tiene que nos atendremos a la más estricta confidencialidad; las respuestas de nuestro colaborador, Dr. Francisco Delgado, tendrán en cuenta tanto las teorías más recientes, como las indicaciones prácticas más eficaces.

PREGUNTA: Desde que mi marido dejó de trabajar hace un año, veo que no es capaz de remontar un estado de ánimo triste e irritable, con todo el mundo. Duerme mal y, en general, está hipercrítico con todo lo que le rodea. A pesar de que su salida laboral no fue mala desde el punto de vista económico, ni de las formas. Dice que a sus casi cincuenta años no volverá a encontrar trabajo en su vida. ¿Qué podemos hacer? A. G.

RESPUESTA : El perder un trabajo es en la gran mayoría de los casos una experiencia traumática para el hombre (y para la mujer). Solo en casos extremos de dejar un trabajo con unas condiciones laborales malas, el sujeto puede sentir esta pérdida como una liberación, positivamente. En los demás casos, el hecho de que aparezca durante un tiempo una cierta sintomatología depresiva, más o menos intensa, es muy normal: el trabajo es una parte básica de nuestra identidad.

Ahora bien, la evolución en el tiempo es la que decide si nos encontramos con un proceso reactivo a una pérdida, normal, o estamos frente a una reacción anormal. El que durante el primer año su marido manifieste estos pequeños trastornos de carácter, es, repito, una reacción normal de adaptación. Tanto él mismo como los que le rodean deben tener una actitud muy comprensiva y de colaboración con él.

Pero si siguiera sin evolucionar hacia una progresiva mejoría y adaptación a su nueva situación, habría que pasar a una evaluación psicológica individualizada. En algunos casos se requeriría que la persona siguiera una psicoterapia, individual o de grupo, que es tan eficaz o más que la primera.

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