Avaricia y seis pecados más

Unas semanas antes de Navidad vi en el escaparte de una librería (requiem por la histórica librería Cervantes, de paso ) el libro AVARICIA, del periodista italiano EMILIANO FITTIPALDI, que revela, a través de documentos, las fortunas, los escándalos y multitud de secretos no conocidos hasta hoy sobre el Vaticano. Lo compré. Comencé su lectura y la abandoné a las pocas páginas. Me he dado un tiempo para continuar con su lectura. Soy persona de fe y respeto a la Iglesia en la que creo. No en vano estuve próximo a la ordenación sacerdotal y no he renunciado a mis creencias y quienes me conocen saben de mi propia boca que me hubiera gustado ser sacerdote. Sólo la rebeldía propia de la juventud y la carencia de verdaderos modelos a quien imitar y de quien tomar ejemplo me hizo renunciar, porque no quería ser como ellos. De haber seguido, es probable que hoy fuera un vulgar sacerdote, acomodado y conformista. Pero entonces aspiraba a ser un digno servidor del Evangelio y no se daban las condiciones que yo creía necesarias. El Concilio Vaticano II fue mal interpretado por muchos y ha quedado en agua de borrajas y en palabrería. No sirvió para lo que soñó el Papa Bueno, Juan XXIII.

Me duele descubrir lo que este libro, documentalmente, cuenta. La Historia de la Iglesia está llena de auténticos pecados. Pero no imaginaba más de lo que conocía, que ya era mucho.

Transcribo libremente cómo se forjó la historia de este libro.

Lujoso restaurante del barrio vip romano de Parioli. Dos monseñores y el periodista. Menú: Carpaccio de atún y tartar de gambas rojas. Vino: Sacrisassi Le Due Terre. El monseñor más anciano le dice al periodista: "Debes escribir un libro. Debes escribirlo también por Francisco. Tiene que saberlo. Tiene que saber que el Vaticano posee casas en Roma por valor de CUATRO MIL MILLONES DE EUROS, donde no viven refugiados, como querría el Papa, sino un montón de enchufados y gente vips que paga alquileres de miseria. El Papa debe saber que las Fundaciones dedicadas a Ratzinger y Woytila tienen en el banco más de 15 millones de Euros. Francisco debe saber que las donaciones que cada año hacen sus fieles a través del Obolo de San Pedro no se gastan en los más pobres, sino que se acumulan en cuentas e inversiones por valor de 400 millones de Euros. El Papa debe saber que el IOR ( Banco Vaticano ) tiene cuatro fondos de beneficiencia avaros como Harpagón: pese a que el IOR produce beneficios por decenas de millones de Euros, el fondo para Obras Misioneras ha entregado este año (2015) la miseria de 17.000 Euros en todo el mundo. El Papa debe saber que el hombre que ha elegido para arreglar nuestras finanzas, el Cardenal George Pell, está siendo investigado por el Gobierno Australiano sobre un asunto de pedofilia. El Papa debe saber que este cardenal se ha gastado en él y sus amigos, entre salarios ( 15.000 ? mensuales por barba ) y trajes a medida, 500.000 ? en seis meses. El Papa debe saber que la Santa Sede, para ganar más dinero, ha distribuido carnés especiales por media Roma: hoy vendemos gasolina, tabaco y ropa libres de impuestos, con unos ingresos de 60 millones de Euros al año. EL Papa debe saber?. El Papa debe saber? hasta el hartazgo y he leído unas páginas solamente. La sobremesa acabó, más o menos así: " Habrá traido VD coche, porque ahí tenemos el nuestro lleno de documentos y en una moto no se los podría llevar. Por cierto: no hemos traído efectivo. Pague vd la cuenta".

De auténtica vergüenza. El pequeño Estado más rico del mundo. Difícil papeleta la que tiene el Papa Francisco. A ver si puede y le dejan, porque la Curia sigue siendo un nido de indeseables, por más príncipes de la Iglesia que sean.

Dejemos abierta la puerta a la esperanza y que nuestra fe no decaiga porque existan estos indignos sujetos en la más alta jerarquía de la Iglesia. Dios los perdone. Tomemos ejemplo de quienes día a día nos lo dan y son el soporte de nuestra fe. Quedémonos con Sacerdotes/obispos de la talla y ejemplaridad de Monseñor Raul Berzona, tan próximo a nosotros y a quien tanto queremos y admiramos.