Para quien tenga oídos

Que no sigan vaciando la hucha de las pensiones, ni utilizándola para otros fines distintos de aquellos para los que fue creada. Que no la sigan vaciando, hasta dejarla sin nada, vacía por completo; privando a los trabajadores que han ido engrosándola, a lo largo de su vida laboral, de un derecho a percibir una pensión digna, como les pertenece.

Que no sigan recortando la enseñanza pública, de todos y para todos, a través de diversos y muy sutiles mecanismos, invisibles para la sociedad, que han llevado a la reducción de miles de puestos docentes, tanto entre los maestros, como entre el profesorado de enseñanzas medias. Y, al tiempo, que estén dispuestos a un pacto por la educación, con la presencia de todos los sectores interesados en la función docente, que fije por consenso los planes de estudio y otras cuestiones importantes.

Que no desmantelen, sutilmente, el sistema sanitario público, como ha ocurrido en esta última legislatura, a través de las llamadas 'externalizaciones', que ponen en manos privadas tantos servicios que no han de funcionar como negocios para nadie, sino como servicios para el bien común.

Que la ley de dependencia no se paralice y se la dote de fondos, porque, además de constituir un servicio social de gran importancia para las familias que lo necesitan, contribuye al tiempo a crear puestos de trabajo, tanto en las ciudades como en los pueblos. Y que tampoco se obstaculice y se boicotee en la práctica la ley de memoria histórica, una asignatura pendiente que tiene España, según diversos organismos internacionales.

Que se articulen políticas para reducir el paro, una desgraciada lacra en nuestro país; para estabilizar la población en el mundo rural y evitar el envejecimiento y la despoblación; para evitar los insoportables desahucios; para eliminar la pobreza energética; para remediar las distintas carencias de las gentes más humildes.

Que España ?al contrario del título informe sobre el que se habla estos días en los medios de comunicación? no sea un país de oportunidades para negociantes de toda calaña; sino que, de verdad, sea un país de oportunidades para todos los ciudadanos, para ese honrado pueblo soberano que tendría que ser el verdadero destinatario de la acción política, y no ningún otro interés particular.

Son algunas de las cuestiones que están hoy en la calle, de las que hablan nuestras gentes, pues les preocupan, ya que tienen que sufrir varias de ellas. Y ahí van, para quienes tengan oídos; para quienes estén dispuestos a solucionarlas. Son algunas de las cuestiones ?entre otras muchas más? que hoy nos preocupan. Y, de la orientación del voto de cada uno este veinte de diciembre que viene, va a depender el futuro inmediato de nuestro país. Tenemos ante nosotros una gran responsabilidad.