"Trato de que todo en lo que me implico se haga a mi manera"

No es estadista ni le van los números ?más bien huye de ellos?, pero las cifras que le acompañan son tan rotundas que asustan. Si hablamos de discos, el contador se detuvo en seco en 1982 tras superar las 50 millones de copias vendidas. Si nos vamos a los reconocimientos; 326 discos de oro, más de 50 de platino y uno de uranio. Si lo convertimos en años, nos encontramos con la friolera de 55 de los 72 que cumplió en mayo al pie del cañón. Cinco décadas exprimidas al máximo si nos asomamos al apartado de giras, conciertos, galas y demás festivales, amén de las catorce películas que llevan su sello desde que rodara 'Las gemelas' allá por 1963 con José Bódalo y Maleni Castro. Camaleónico, es capaz de apuntarse a la música indie del Sonorama, de ponerse detrás de su 'Gran Noche' en la gran pantalla, o de rescatar 'El tamborilero'. Miguel Rafael Martos Sánchez (Linares, 1943), Raphael para el común de los mortales y Alphonso en la película de Álex de la Iglesia, se detiene esta semana en la comunidad. Compartirá su 'Raphael Sinphonico' con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.

¿Qué encontrará el espectador que vaya a uno de los dos conciertos que ofrece en Castilla y León?

Pues que desde que estrenamos en el Teatro Real, la gira está siendo increíble. Maravilloso. Estamos llenando en todas las ciudades, de ahí que el espectáculo vaya a continuar el próximo año hasta septiembre. Es un proyecto que llevaba tiempo en mi cabeza pero que no encontraba el momento de acometerlo.

Se hace difícil pensar que le quedaba algo por hacer después de cincuenta años sobre el escenario.

Me quedan muchas cosas todavía por hacer. Y ésta era una de ellas. Y era más un problema mío, no estaba preparado. Y luego, que este proyecto requería de un tiempo que es ahora cuando lo he tenido para afrontarlo con plenas garantías. Demanda un compromiso que antes no podía asumir, porque es una gira de ámbito mundial, y ahora es cuando hemos decidido prepararnos, afortunadamente con mucho éxito.

¿Necesitó más de entrenamiento físico o psicológico?

Sobre todo psicológico. Es un proyecto en el que hay que estar todos los días encima, y en el que no puedes fallar. Hay que estar muy centrado sin nada que te distraiga.

¿Cómo se prepara para una gira como esta con más de veinte paradas y más de un año de duración?

Pues tratando de descansar el mayor tiempo posible y tomándome las cosas con calma dentro del propio nervio que transmite el escenario. Se trata de tener una disciplina para que tengas tus horas del día perfectamente distribuidas. También debes evitar desgastes innecesarios. Simplemente disciplina, no es tan distinto de cualquier otra profesión.

¿Algún ritual especial?

No, nada especial. No soy muy maniático. Únicamente el día que canto, esa tarde no hablo.

Tiene fama de perfeccionista y de que nunca queda satisfecho al cien por cien. ¿No existe el concierto perfecto?

Eso sí es verdad, pero eso no son manías. Eso es una obligación. Hay que ser perfeccionista y estar siempre vigilante en lo que haces porque no puedes dejar que salgan las cosas así porque sí. Pero es verdad que jamás estoy satisfecho al cien por cien, y creo que eso es bueno. El día que me diga ¡qué bien lo hago!, malo. Ese día me tendré que preocupar.

¿Qué se puede mejorar en este 'Raphael Sinphonico'?

En este momento está rondando la perfección. Tiene pequeñas cosas que se pueden mejorar pero son casi inapreciables para el espectador. Estoy muy contento.

¿Qué le empuja a mantener la pasión en lo que se propone?

Sinceramente, una enorme ilusión y pasión por mirar hacia adelante, y muchas ganas por seguir haciendo cosas cada vez mejor. No como las hacía antes ni como las hago ahora, sino para superarlas y hacerlas mejor porque todo en la vida se puede mejorar. Reconozco que soy muy estudioso de todo lo que me propongo, y por eso siempre estoy pensando cómo mejorar lo que hago.

Eso incluye cambiar de chip y adaptarse a todo tipo de escenarios. ¿Me vende la receta?

Trato de que todo lo que se me ponga enfrente y en lo que me implico se haga a mi manera. A mi aire. Siempre me he guiado por mi instinto, sin dejarme aconsejar mucho.

¿Sigue viendo al mismo Raphael de hace cincuenta años cuando se mira al espejo?

¡Es que no he cambiado! Soy el mismo, aunque está claro que ahora con una experiencia y una madurez acumulada que se nota a la hora de corregir ciertos errores que cometía cuando empezaba. Tonto sería si no hubiera aprendido. El panorama musical ha cambiado pero yo procuro no cambiarlas drásticamente. Mejoran con el tiempo, pero de lo que se trata es de seguir el camino que te hayas marcado, mejorándolo sin abandonar tu estilo.

Un estilo con una legión de seguidores e imitadores. ¿Tiene admirados además de admiradores?

Muchísimos. Unos vivos y otros que ya no están. Admiro a muchos artistas de toda clase de música.

Ser espejo de tantos fans implica una responsabilidad, ¿no?

Va ligado porque si ves cosas buenas, tu listón permanece alto. Si empiezas a ver bazofia, tu listón se baja porque todo se pega. Eres lo que ves y escuchas.

¿Mide sus movimientos?

No. Soy intuición pura y dura. Creo que es lo que me ha llevado adonde estoy. Siempre me he dejado llevar por mi forma de ser, sin tener que hacer cosas que no son mías o que me tratan de enseñar para que las traslade al escenario o a mis proyectos.

En breve hay nuevo disco.

Está dedicado a la Navidad, lleva por título 'Ven a mi casa por Navidad', y mezcla nuevos temas con los clásicos.

Fuente El Norte de Castilla