Las aflicciones son pasajeras

Era en 1973, cuando en Radio Canadá se entrevistaba a una comediante popular. Quisiéramos conocer tu secreto. ¿Por qué tú pareces siempre feliz; tu vida parece tan sencilla?

"Debo esta actitud a mi madre. Cuando teníamos aflicciones en casa, ella nos decía: "Hijos míos, no se preocupen, las aflicciones no son sino viajeras, ellas no permanecen mucho tiempo en el mismo lugar, mañana habrán desaparecido. Por eso, sonrían y tengan paciencia".

Quien logra que las aflicciones sean pasajeras y no aniden en la mente y en el corazón, puede hacer de su existencia una felicidad para sí mismo y para los demás. Tener paciencia, saber esperar, son virtudes necesarias para no echar a perder todo en un momento. Bástale a cada día su pena, su afán, su agobio. ¡Qué manía la nuestra la de querer almacenar problemas y adelantar los acontecimientos!.

Tenemos una gran tendencia, la de refugiarnos en las heridas del pasado y la de preocuparnos excesivamente por el futuro; de esta manera huimos del problema y no vivimos el momento presente.

Si vivimos intensamente el momento presente, dándonos cuenta de que Dios está con nosotros, de que nadie podrá estar en contra nuestra, de que nadie ni nada podrá separarnos de su amor, lograremos vencer todos los problemas. En las luchas y en las pruebas, nuestra fuerza nos viene del Señor y todo lo podemos en Aquel que nos conforta. Si tenemos nuestra confianza en el Señor y los ojos fijos en Él, por muy grandes que sean las contrariedades, desengaños, golpes duros, no lograrán arrancarnos la paz y la alegría profunda que Él nos da.

Hay que vivir la alegría a plenitud, darla buena acogida y saborearla. La alegría contagia optimismo y nos llena de entusiasmo para emprender las tareas cotidianas. Dios nos ha regalado la vida, cada día para vivir con alegría.

Un corazón alegre, dicen los Proverbios, hace florecer la edad, mientras, por el contrario, la tristeza diseca los huesos?Como la polilla daña los vestidos y el comején destruye la madera, así también la melancolía causa daño a la salud del hombre.

La sonrisa dilata los años y nos ayuda a mantenernos en equilibrio. "Si no río al menos algunos minutos cada día, me vuelvo loco" (Abraham Lincolm). La alegría infunde calma, optimismo, paz y serenidad por donde pasa. La risa franca y sincera es como un sol que ahuyenta todas las dificultades y nos hace capaces de afrontar todos los contratiempos.

"Quien no es capaz de sonreir, no abra negocio?Quien da, es bueno; pero quien da sonriendo, es óptimo (Refrán oriental).