De ejercicios y Asamblea

La semana pasada, 25 sacerdotes diocesanos nos recogíamos en "el pequeño Escorial", la casa de los padres paúles de Santa Marta, para celebrar los clásicos Ejercicios Espirituales que solemos realizar cada año, con los que alimentamos nuestra vida espiritual, de acuerdo con la práctica puesta en marcha por San Ignacio de Loyola. Los hacíamos bajo la dirección de un sacerdote diocesano de Burgos que, con esquema de San Ignacio, nos ponía en línea con el Cristo Siervo de Yavé, que nos muestra el rostro de misericordia de Dios nuestro Padre y nuestro Creador. Nos introducía así en el año de la misericordia que nos disponemos a comenzar en la próxima fiesta de la Inmaculada. Hemos recargado pilas para este jubileo de la misericordia, que nos ayudará a descubrir la profundidad del amor misericordioso de Dios, manifestado en su Hijo Jesucristo, y nos llevará igualmente a ser misericordiosos nosotros y a darnos a la práctica de las catorce obras de misericordia. Tenemos alimento espiritual nuevamente para un año.

Igualmente nos encontramos siguiendo la ruta marcada para la Asamblea Diocesana y, después de un encuentro con los coordinadores de los grupos de reflexión, y de la marcha de los mismos grupos y de la escucha de personas no necesariamente ligadas a los ámbitos de la Iglesia, a los que se les dice que la Iglesia de Salamanca los quiere escuchar. Ahora estamos en las jornadas de reencuentro e intercambio de la segunda etapa de la Asamblea de la Diócesis, que estamos recorriendo en este momento. Así, el pasado sábado se encontraban los laicos en la Casa de la Iglesia para informarse y animarse en la marcha de la Asamblea Diocesana. El próximo sábado serán los religiosos y religiosas los que se encontrarán en la misma reflexión y alimentación del coraje espiritual para la marcha de la misma Asamblea. Y el lunes 30, seremos de nuevo los sacerdotes diocesanos los que viviremos ese proceso de reencuentro y alimentación del espíritu y del sentimiento espiritual.

Con esta recarga del espíritu, podremos iniciar con ilusión y buen compromiso el deseado y esperado año de la misericordia, que será abierto el próximo día ocho, fiesta de la Inmaculada, en que se cumplen los cincuenta años de la conclusión del importante acontecimiento que fue el Concilio Vaticano II. No viene mal revisar y poner al día las conclusiones de dicho Concilio y tratar de hacerlas efectivas, ya que todavía queda mucho recorrido por andar.

Nos anima el viaje que en estos días realiza el Papa a varios países de África, en concreto Kenia, Burundi y República Centroafricana. Por los caminos de las periferias, como suele decir el mismo Papa invitándonos a realizar nuestras labores pastorales en los lugares más pobres y desfavorecidos, yendo él por delante, aunque le toque sortear todos los riesgos a los que de algún modo nos encontramos avocados todos los países occidentales especialmente, aunque no se vean libres los países africanos, como Malí recientemente, y como es lógico los mismo países del Medio Oriente asiático.

Y, mientras tanto, en Salamanca, siguen las manifestaciones en la Plaza Mayor en protesta por los atentados en el corazón de Francia, o la que quiere poner de relieve la vergonzosa situación de la violencia de género, que incluye la muerte lamentable de tantas mujeres a manos de sus parejas o ex-parejas. Con la muestra exótica de los colores correspondientes en la fachada del Ayuntamiento. Pero siguen también las clases ordinarias y los actos culturales de la Universidad de Salamanca en el Teatro Juan del Enzina o en la Hospedería de Anaya. Los actos culturales de Salamanca Ciudad de Cultura. Y las series de Ópera de los Cines Van Dyck, entre otros. Porque también hay exposiciones en el Palacio de Garcigrande, en la misma Hospedería de Anaya o en el centro de arte DA2.

Espiritualidad y saber: dos dimensiones humanísticas propias de nuestra tradicionalmente cultural y sabia Salamanca. Y llamando a las puertas los tradicionales rastrillos propios del tiempo de la Navidad, contrastando con las abundantes comidas o cenas navideñas de nuestras instituciones sanitarias, culturales o de empresa.

La Iglesia comienza el nuevo año litúrgico el próximo domingo, primero del Adviento que nos prepara para la Navidad, y que nuestra Catedral adorna con el privilegio de la celebración litúrgica en rito hispánico o mozárabe.