¿Quién se acuerda del ganador?

Hoy voy a ser breve. He pensado en usted, estimado lector, en ese ser valiente capaz de "hojear" (en estos tiempos digitales este verbo ha de venir acompañado de comillas) cada jueves esta columna ya sea por indulgencia, descuido (si fuera este el caso no olvide borrarme del historial igual que debe hacer con sus otros "descuidos") o error. He valorado su tiempo. Sé que tiene muchas cosas que hacer, alguna de ellas, incluso, imprescindible. Sé que tiene hijos o que, en su defecto, se ocupa de su mascota ?o de su videoconsola?, como si de su propia prole se tratara. Sé que puede llevar una doble vida, la una el doble de divertida que la otra, o que tal vez solo sueñe con ello ?lo que viene a ocuparle la misma parte de su tiempo, si no más?. Sea como fuere, yo sé que usted está deseando que termine y también que este preámbulo se le está haciendo excesivo. Pero tranquilo, hoy echaré mano de sentencias breves para explicar la actualidad del deporte.

En la posada del fracaso, donde no hay consuelo ni ascensor, se aloja Rafa Benítez. Bendito fracaso, dirán algunos, con una Copa de Europa y varias ligas en la buchaca, pero joder qué baile el del pasado sábado. Seguramente, el todavía entrenador del Real Madrid ?al menos lo es en el instante en el que redacto estas líneas? hubiera deseado que le robaran el mes de noviembre.

Vuelva usted mañana. Si pronunciada por Larra esta frase nos recuerda la intrínseca pereza patria; salida de la boca de Novak Djokovic esta sentencia es también una invitación, para todos los tenistas del mundo, a mudarse de planeta. Y es que mañana, como ayer, la derrota ante el tenista serbio, igual que la del currito de a pie frente al funcionario de turno, está asegurada.

¿Por qué los llamamos medios cuando siempre están en el extremo? El panorama informativo general, y también el deportivo, atraviesa una grave crisis. Nadie ha visto lo mismo que el otro. Nadie cobra del mismo pagador ni es vasallo de un buen señor. Ningún periodista honrado mantiene su puesto de trabajo. Nadie en Mediaset o Movistar Plus vio que Márquez, como confesó Lorenzo, le ayudó a ganar. No me lo creo. Sin entrar en las motivaciones, que allá cada cual.

¿Quién se acuerda del ganador cuando el perdedor se parece a usted y actúa como usted? No se equivoque ?diría Groucho Marx en una sentencia análoga?, él es usted. Y no se equivoque ?añado yo?, no se dé palmaditas, que no es solidaridad. No es que nos guste hacer un alarde de empatía al alinearnos emocionalmente con el equipo pequeño, el boxeador pateado o con Rafa Benítez. Cuando lo hacemos, simplemente, nos compadecemos de nosotros mismos. Tanto yo, como usted. Aunque usted se llame José Mourinho y nunca vaya a entrenar al Málaga.