Las bebidas energéticas ayudan a mejoran el rendimiento deportivo

A la hora de hablar de los estudios que relacionan bebidas energéticas y deporte, España lleva la delantera desde hace poco más de un año. Un estudio de la Universidad Camilo José Cela sacado a la luz en el mes de octubre del pasado año se convirtió en referencia mundial en dicho campo y ganó repercusión en las revistas más prestigiosas sobre salud, nutricionismo y deporte, entre ellos en la reputada revista Journal of Nutrition norteamericana.

En dicha investigación de la universidad privada madrileña, aparte de indicar que más de un 50% de deportistas ingerían bebidas energéticas antes de las competiciones o entrenamientos, también se publicaron los datos de un estudio llevado a cabo con deportistas de diferentes disciplinas para conocer la influencia real de las bebidas energéticas. El Laboratorio de Fisiología del Ejercicio de dicha entidad universitaria llevó a cabo un proyecto de cuatro años con profesionales pertenecientes a deportes como el fútbol, baloncesto, rugby, voleibol, tenis, natación, hockey y escalada que tomaron el equivalente a tres latas de bebida energética o una bebida placebo antes de una competición deportiva. El resultado: el rendimiento deportivo aumentó entre un 3% y un 7% de media entre todos los deportistas, pero a la vez ciertos efectos secundarios (insomnio, nerviosismo y similares) fueron denotados en los deportistas horas después de la actividad física.

En resumen, el estudio de la Universidad Camilo José Cela vino a demostrar que sí, que las bebidas energéticas proporcionan un aumento del rendimiento gracias, sobre todo, a su gran dosis de cafeína (aunque también se pueden encontrar productos como la taurina, el ginseng, el guaraná y otros). Un hecho que ya se hacía más que evidente cuando, cada vez más, es algo totalmente normal ver a un deportista profesional consumiendo una lata de bebida energética antes o durante una competición. De hecho, en la última de las grandes competiciones con seguimiento mundial como fue el Mundial de Rugby este hecho era algo repetido en cada partido de forma constante. Los millones de personas de todo el globo que siguieron esta competición (la tercera por seguimiento en el mundo del deporte, solo por detrás de los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol) pudieron, seguramente, constatar este hecho.

Sin embargo, el propio estudio de la Camilo José Cela también advertía de los efectos secundarios a tener en cuenta con el consumo de las bebidas energéticas: el insomnio, el estrés, el nerviosismo post-ejercicio. Unos rasgos que, por otra parte, podrían ser más perjudiciales en los grupos de edad por debajo de los catorce años de edad, mucho más vulnerables a los efectos de la cafeína que las personas adultas. Por esto, probablemente no sería mala idea que desde los grandes eventos deportivos y los centros de decisión de cada disciplina se tomasen decisiones encaminadas a disminuir el consumo de estos productos frente a la televisión.

Que el consumo de bebidas energéticas por parte de deportistas provoca un aumento en el rendimiento deportivo constatable no debería ser impedimento para actuar de forma responsable con este tipo de productos, sobre todo con los más pequeños.