Ian Curtis, caminando en la oscuridad

Ian Kevin Curtis, más conocido como Ian Curtis, fue el vocalista y compositor de Joy Division, la banda más famosa del movimiento post-punk.

Nacido el 15 de julio de 1956, en Manchester, desde pequeño tuvo una gran afición a la lectura y al aprendizaje. Le encantaba el silencio y también escribir, todo ello heredado de su padre. Su mejor amigo de la infancia fue Tony Nuttall, ambos se conocieron gracias a la relación de sus familias y la diferencia de edad no fue un problema para el desarrollo de su amistad.

Tiempo después, Ian fue admitido en el King's School de Macclesfield, aunque este hecho le asustaba, ya que pensaba que sería un cambio social drástico. Sin embargo, pronto consiguió hacer amigos.

Volviendo al terreno de las aficiones, la música fue su pasión desde siempre. Entre sus influencias se encontraban grupos como David Bowie o Velvet Underground.

Ian gozaba de una gran personalidad, hecho que atraía a la gente a su alrededor. Fue en esta época cuando comenzaron los escarceos junto a sus amigos de la escuela con los estupefacientes, desde cannabis hasta ''drogas'' que pertenecían a ancianos. También eran habituales actos como robar y automutilarse cuando se encontraba bajo los efectos de las mismas.

El mejor amigo de Ian, Tony, comenzó a salir por aquel entonces con la que terminaría convirtiéndose en Deborah Curtis. En este período, Ian conoció a Helen Atkinson, con quien mantuvo una amistad e interés mutuo. Cuando Deborah y Tony lo dejaron, comenzó a llevarse con Ian, y en ese transcurso de tiempo la invitó a asistir a un concierto, noche en la cual se hicieron pareja (Ian solo había tenido una novia hasta entonces).

Cabe mencionar que Ian ya tenía claro por aquel entonces que su vida no duraría muchos años. Sus cambios de humor, drásticos y sin sentido aparente, eran constantes. Además, era extremadamente celoso. Tras un tiempo de relación cargada de altibajos, Ian y Deborah terminaron prometiéndose y posteriormente casándose. Este matrimonio, del que salió su única hija, Natalie, estuvo fuertemente marcado por el comportamiento obsesivo de Ian.

En esa época, Peter Hook, Bernard Summer y Terry Mason buscaban vocalista para su banda. Gracias a los encuentros de Bernard con Ian en diversos conciertos, este último consiguió entrar en el grupo. El nombre de la formación comenzó siendo Warsaw y tiempo después terminó convirtiéndose en Joy Division.

Pero los problemas de salud de Ian estuvieron presentes desde su coqueteo con las drogas, hecho que pasó desapercibido por la confusión que estas le generaban. Además, abusaba del alcohol, el tabaco y padecía de epilepsia.

Los bailes de Ian sobre el escenario eran una mezcla de teatralidad y ataques reales repentinos, que fascinaban al público pero que poco a poco iban contribuyendo a su deterioro físico y mental. Además, la falta de descanso y la alteración de las horas del sueño fueron determinantes en el desarrollo de su enfermedad, llegando a necesitar ayuda en una ocasión para abandonar el escenario.

Ian siempre mostró una actitud de angustia hacia la vida, hecho que quedó remarcado por su relación con las drogas, aparentemente sin miedo a las consecuencias. Esto conllevaba a la autodestrucción, la automutilación sin remordimiento alguno, por mera experimentación y básicamente, por saber hasta dónde era capaz de llegar bajo el estado de los estupefacientes. Además, sus cambios de humor llegaban al límite de lo enfermizo y los celos obsesivos, patentes en la relación con Deborah, hacían de Ian una persona complicada y difícil de llevar en según qué circunstancias. Sin embargo, su infancia fue la de un niño feliz, no tuvo ningún trauma que le llevara a caer en ese comportamiento.

Fue durante una gira por Europa cuando Ian conoció a Annik Honoré, de quien se enamoró, convirtiéndola en su amante. A todo esto, Ian seguía casado con Deborah, hecho que desembocó en una petición de divorcio por su parte.

La muerte de Ian fue algo totalmente inesperado para sus allegados. En aquella época se encontraban ultimando los preparativos para su gira por América. En realidad, a Ian le asustaba volar de una manera exacerbada, además del pánico que sentía al pensar en las reacciones que generarían sus ataques sobre el escenario.

El fatídico día, Ian avisó a Deborah de que iría a casa antes de su vuelo, pero la conversación que tuvo lugar entre ambos se convirtió en un círculo vicioso. Primero, él le suplicó que cancelara el divorcio, pero acabó confesándole que ya no la quería. Tras una serie de discusiones, Ian pidió a Deborah que durmiese fuera de la casa aquella noche. Durante el transcurso de la misma, este escuchó The Idiot, de Iggy Pop, una y otra vez, mientras le escribía una carta en la que hablaba acerca de su vida en común y admitía odiar a Annik. Finalmente, Ian se dirigió a la cocina y se ahorcó con la cuerda de tender la ropa.

La vida de Ian Curtis, dominada por una visión terriblemente pesimista de la realidad, se ha consagrado como el recorrido de un alma atormentada, cuyo descenso se acrecentó a pasos agigantados por culpa de la enfermedad y los excesos.