Salamanca alza la voz por una sociedad libre de violencia de género

La Plaza Mayor de Salamanca ha acogido este miércoles la concentración, minuto de silencio y lectura del manifiesto contra la violencia de género, dentro de los actos convocados por la Comisión de Violencia de Género. En esta ocasión representantes de la Policía Local, la Policía Nacional y la Guardia Civil han dado lectura al mismo, que han elaborado las profesoras Marta del Pozo, Esther Martínez Quinteiro y Carmen Delgado, expertas en la materia de violencia de género. Con la fachada del Ayuntamiento iluminada de malva, color que identifica la lucha contra este tipo de agresiones, el acto también ha contado con la participará del Coro Ciudad de Salamanca, que ha interpretado, entre otras piezas, el Himno de Mujeres Sufragistas.

También se ha dado lectura a un decálogo para mostrar el rechazo a esta lacra social, confeccionado por los alumnos del Máster en Estudios Interdisciplinares de Género.

Manifiesto contra la violencia de género

En la última década más de 750 mujeres han sido brutalmente asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas hombres. Víctimas mortales a las que hay que añadir a aquellas que han sufrido todo tipo de maltratos de género cifra que, según las estadísticas oficiales, representa más de 2.000.000 de mujeres cada año, sin olvidar a sus hijos e hijas, que en multitud de ocasiones han padecido la conducta delictiva, e incluso en los supuestos más graves homicida de sus progenitores o de los compañeros sentimentales de sus madres.

La violencia de género es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años en todo el mundo, por delante de la suma de las muertes provocadas por el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y las guerras.

El 38% de los asesinatos de mujeres en el mundo son perpetrados por sus parejas sentimentales. Un tercio de las mujeres de todo el mundo ha sufrido o sufrirá violencia de género a manos de su compañero sentimental en algún momento de su vida.

La violencia de género, que sufren las mujeres por el simple hecho de serlo, es el símbolo más brutal de la desigualdad real y cotidiana existente entre mujeres y hombres. Constituye un directo y brutal ataque contra los derechos humanos fundamentales del colectivo femenino, tales como: la vida, la integridad física, psíquica y moral, la libertad, la sexualidad, el libre desarrollo de la personalidad, la educación y la dignidad humana.

El hombre que impone sus gustos, amenaza, injuria, coacciona, acosa, controla, insulta, veja, menosprecia, golpea, agrede o asesina a una mujer no es ni un enfermo, ni un toxicómano ni un alcohólico, sino un verdadero delincuente, y como tal, debe ser tratado, siendo señalado, aislado y expulsado de la sociedad.

No hay que olvidar que cualquier mujer por el mero hecho de serlo puede sufrir violencia de género, más allá de su nivel económico, su estado civil, su edad, su nacionalidad, su lugar de nacimiento o sus estudios. No hay perfil de la superviviente de violencia de género. Todas las mujeres somos víctimas potenciales única y exclusivamente por eso, por ser mujeres. Tu madre, tu amiga, tu hija, tu compañera de trabajo, tu tía, tu vecina o tu nieta pueden serlo. No lo olvides

Resulta especialmente preocupante la violencia de género asociada al falso mito del amor romántico, las relaciones de pareja debe producirse en un intercambio afectivo igualitario, nunca en una dominación y una sumisión de la mujer por parte del hombre, que lo que hace es imponerse reproduciendo los roles y estereotipos machistas tradicionales, si tu pareja te vigila, te espía, te controla, te somete, te domina, te impone sus gustos, te aísla y no te deja vivir y relacionarte en libertad está ejerciendo violencia de género, eso no es verdadero amor sino auténtico control que es violencia de género.

Porque la violencia de género debe convertirse en una cuestión de Estado, porque es un problema de toda la sociedad: de hombres y mujeres, más allá de razas, de edades, de posiciones sociales o ideologías, porque las mujeres tienen derecho a vivir en un mundo sin violencia de género, porque las personas que somos igualitarias, creemos, luchamos y defendemos los derechos de las mujeres somos más, porque nunca podrán callarnos si levantamos al unísono la voz, plántale cara al maltrato, señala con el dedo al maltratador y grita alto y claro para dar voz a las víctimas: ¡BASTA YA DE VIOLENCIA DE GÉNERO! ¡POR UNA SOCIEDAD LIBRE DE VIOLENCIA DE GÉNERO!

Fotos: Alberto Martín