Carlos Sánchez Reyes y Luis Aznar hacen memoria

Ambos compartieron militancia y tuvieran un papel muy relevante en el periodo de mayor intensidad política en los 32 años de existencia de la comunidad autónoma de Castilla y León. Carlos Sánchez-Reyes presidió las Cortes de la II Legislatura (1987-1991), en la que se sucedieron como presidentes de la Junta José María Aznar y Jesús Posada, ambos con la necesaria anuencia del CDS de Adolfo Suárez, que, con 18 procuradores tuvo la sartén por el mango durante esos 4 años. Uno de esos procuradores era el leonés Luis Aznar, a la sazón secretario regional (número dos tras el abulense Daniel de Fernando) de la formación creada por el ex presidente que pilotó la transición española.

Sánchez Reyes y Luis Aznar, hoy casi en las antípodas políticas -el primero es candidato al Congreso por Podemos y el segundo opta a la reelección como senador del PP- han presentado estos días sendos libros de memorias. No puede decirse que son dos versiones distintas sobre un mismo tiempo, ya que repasan etapas diferentes. El primero, titulado "Unagota de agua. Crónica del final del franquismo", recrea con detalle los últimos años de la dictadura, vividos por el autor como miembro activo de la oposición agrupada en la Junta Democrática (luego Platajunta). Sánchez Reyes termina su relato en las elecciones de 1977, dejando para otra entrega los siguientes años de la transición política y su paso por la presidencia de las Cortes de Castilla y León.

"Haciendo memoria", título del libro de Luis Aznar, abarca el periodo comprendido entre 1977 y 1995, que el autor inició en UCD y prosiguió en el CDS, partido por el que fue procurador entre 1997 y 1995, año este último en el que fue nombrado delegado territorial de la Junta en León por el segundo gobierno de Juan José Lucas. De haberse apellidado de otra forma, Luis Aznar hubiera sido consejero de Fomento en el gobierno de coalición pactado con el CDS por José María Aznar antes de hacer mutis por el foro para hacerse cargo de la presidencia nacional de Alianza Popular. Pero el entonces presidente de la Junta vetó el nombramiento de su homónimo leonés con el argumento de que "no era bueno que hubiera dos aznares en el mismo gobierno". Y el CDS se vio obligado a proponer otro nombre, José María Monforte, para ocupar la consejería de Fomento, que, en aras del pacto bipartito, tuvo que desalojar Jesús Posada.

La anécdota, que muchos tomaban por leyenda urbana, la ha confirmado Luis Aznar con ocasión de la presentación de su libro y a buen seguro la recogerá Sánchez Reyes en la siguiente entrega de sus memorias.