Papelitos y pantallitas para la vida de alumnos desprotegidos.

Otra vez con problemas. Estábamos muy contentos y agradecidos con los cuatro conciertos y las cuatro autorizaciones que nos permitían dar titulaciones de la ESO y cualificación profesional a nuestros chicos. Seguimos dando cuatro aulas gratis para que nuestros chicos puedan tener un futuro posible trabajando y se integren en la sociedad como ciudadanos de bien.

Pues otra vez con problemas, según algunos inspectores que interpretan la ley como Dioses, el epígrafe, por el bien del menor no lo ven prioritario. Si un chico ha estado sin escolarizar por sus maltratos, o por venir en patera. Aunque tenga la edad, toda la ilusión y dedicación, ellos deciden que no cumple con el papelito y que hagamos lo que queramos con él, como meterlo en el aula alternativa ilegal donde ya están veinte, menores de quince años que no pueden estar en los colegios normalizados porque no les pueden atender y crean alarmas inasumibles.

Tenemos una solución exportable a otros países y comunidades como de hecho estamos haciendo. Figuras de profesor-educador que son felices con estos alumnos y nos educamos juntos. Pues nos están convirtiendo en un Calvario otra vez el inicio de curso. Por una parte, las acreditaciones que dejan sin dar clase a profesores que llevaban más de diez años salvando vidas e insertando laboralmente a chicos de protección e infractores. Ahora nos han hecho contratar a jóvenes universitarios que son incapaces de realizar esta labor, ingenieros que no saben mecánica, ni soldar, licenciados que no saben cocinar, ni de jardinería. Nuestros grandes profesionales y personas con un compromiso encomiable siguen ayudando en el aula a estos contratados y con recursos de alzada para que se les reconozca su labor.

Esto parece un mundo "del revés", temen las auditorías de Europa, pero si hay en cuatro aulas que no nos pagan nada. Cuando vienen, nuestros chicos los agasajan con lo que saben hacer, los emocionan cantando y bailando, ven como sueldan, cocinan, sonríen. Dicen que tienen claro la gran labor que hacemos. Pero sinceramente a mí eso me da igual si no les dan la oportunidad de titular a estos chicos. Es una oportunidad de vida.

Estoy harto de ver llorar a profesores y alumnos por una frívola interpretación de una ley que da la posibilidad para que entren muchos de estos chicos y dejen de delinquir y perder la esperanza en sí mismos y en las instituciones.

No vale lavarse las manos como Pilatos, son mayores de dieciséis pero siguen teniendo derecho a estar escolarizados hasta los dieciocho. Sobre todo tienen derecho a demostrar lo mucho que valen.

Los que no puedan entrar este año o los jueces los manden más tarde, intentaremos apuntarlos en la famosa garantía juvenil, pero es distinto, tienen que estar sin estudiar, ni trabajar y se les pagará algo, pero no titularán. Los desgraciadamente famosos "Ni nis".

Seguiremos sonriendo y dando las gracias a diestro y siniestro para que nos permitan vivir en las aulas y los talleres con estos maravillosos alumnos a los que un día castigó la vida a mirar para atrás, seguiremos intentando que confíen en su futuro. Pero estamos cansados de nadar contra corriente, aunque no podemos permitir acomodarnos, ni que nos venzan los miedos.