Cómo está el servicio

¡Qué cosas tiene el señorito! Muchos no podemos dejar de reírnos con la inconfundible e inolvidable Gracita Morales, aunque me haya hecho recordar algo mucho menos gracioso.

Los servidores de lo público son unos señoritos con unas exigencias caras y desproporcionadas, mientras, a los ciudadanos, al servicio, nos cuesta muchas horas extras mantener sus extravagancias. De todo esto da buena cuenta la encuesta del CIS a la ciudadanía y recogida en el estudio "Opinión Pública y Fiscal". Esta encuesta se realizó en julio y que, por la situación vacacional y estival, cualquier podría pensar que hubiera salido más complaciente con los deseos del encuestador. Vaya, que pensando en esto de que llega el verano, el turismo apunta mayores ingresos, aumento de la contratación y más dinerito circulando, podría hacer que la gente estuviera más contenta, menos harta de los gravámenes fiscales y, por lo tanto, la respuesta fuera más compasiva. Pero es imposible amigos encuestadores, todos ya tenemos claro quién nos sisa el dinero cada mes. En el presupuesto mensual entra la hipoteca, la luz, el teléfono y el político de turno. Un amamantado más, pero del que el 64% de los encuestados cree que le supone mucha carga para lo que le da a cambio.

La encuesta no puede arrojar más contundencia en los datos que significan claridad de ideas de la sociedad española. No se invierte suficiente en investigación, tecnología y educación, se invierte demasiado en servicios solapados entre administraciones y los servicios a los más necesitados, a las necesidades de los más desprotegidos, se considera que recibe nulos o ínfimos recursos económicos: justicia y dependencia.

Que a nivel global los ciudadanos, en un 64% afirmen rotundamente que perciben poco o nada de servicios para lo que pagan se traduce en que los gestores son muy malos. Ya se acabó el ejercicio de la retórica o del control de los medios para llegar más y mejor. La gente tiene sus formas de alcanzar la información, compartirla y valorarla. A destacar es que la mayoría tiene claro que los impuestos deben ser directos y progresivos, especialmente en el IRPF. Así, debe buscarse un equilibrio entre aquellos funcionaros de niveles superiores que ganan más de 40.000 al año y tributan menos que los emprendedores que facturan menos de 30.000?.

Aquellos que afirman que "gobernar 30 años nos da experiencia" o "saber llevar la administración desde la llegada de la democracia" es un valor añadido a la hora de atraer o fijar votantes es de políticos de cera que ni sienten ni padecen, ni se enteran de lo que ha pasado en estos últimos 4 años. Tras varias elecciones a cuestas, el servicio avisa a los señoritos de que este sistema se les viene abajo, pero ellos siguen en sus rancias costumbres.

Llegados a este punto, debemos pensar varias cuestiones. Si hay políticas (en cuanto a acciones) y políticos (en cuanto a personas) valientes, se trasladará la responsabilidad de formar en las aulas en educación básica sobre ahorro, inversión, financiación, gestión económica y principios económicos básicos, por no obviar tratar de la financiación y estructuras del Estado y su administración/es. Conocer de dónde viene y a donde se va el dinero. No es formación por formación, debemos crear sociedad. Es preparar a futuros empresarios y futuros funcionarios que determinen en términos de eficacia las decisiones.

Por otro lado, no me cansaré de escribir líneas y líneas, en eso no voy a ahorrar ni tiempo ni esfuerzo, en decir: adelgacemos la administración. No hay que dar más de comer a la bestia, nunca se sacia. La percepción mejoraría si tienen más en sus manos los ciudadanos y menos los políticos y las instituciones que manejan. Miedo da cuando año tras año por estas fechas se presentan presupuestos, se negocian con otros partidos y se reparten un pastel fruto del sudor de los esfuerzos de los españoles. Las cuentas públicas siempre presuponen más presupuesto, más recaudación, más endeudamiento y más carga fiscal a priori, pero nada de más ni mejores servicios a posteriori.