Carnívoros

¿Desde cuándo somos carnívoros?. ¿Hemos sido siempre carnívoros?. No lo somos y no necesariamente lo fuimos. Si bien en nuestra dieta la carne tiene un papel importante. Pero conozco gente que si puede solo se alimenta a base de carne.

En la pirámide alimenticia está en la zona alta, es decir, en el consumo ocasional. Pero conozco sociedades y personas que tienen invertida esta escala y más bien es la base de su alimentación.

Parece ser que a todos los seres humanos no le sientan de la misma manera la carne: El grupo sanguíneo del tipo 0 -el más antiguo y extendido- tendría más de 40.000 años de existencia y procedería de los hombres del Cro-Magnon, cuya alimentación se basaba en la caza y, por ende, en las proteínas de la carne. El siguiente en aparecer habría sido el tipo A -entre 25.000 y 10.000 años- y apareció con las primeras sociedades agrícolas cuya alimentación se basaba en el consumo de cereales y vegetales, procediendo especialmente de Asia y Oriente Medio. El tipo B procedería de las montañas del Himalaya surgiendo hace aproximadamente entre 15.000 y 10.000 años siendo propio de los habitantes nómadas de las estepas asiáticas. En cuanto al tipo AB habría surgido de la mezcla entre caucasianos (A) y mongoles (B).

Aclaro que soy del grupo 0. Es decir de propenso a tolerar la proteína de la carne.

El hombre primitivo se levantaba de un salto y salía corriendo varios kilómetros para no morir en manos de algún animal. Actualmente ninguno de nosotros vivimos este estrés que deriva más de nuestro nivel mental.

Hay estudios y ciencias milenarias que relacionan el consumo de alimentos con emociones y la carne no suele ser fuente de emociones muy expansivas, o como nos gusta decir, positivas.

¿Qué pretende este artículo? ¿ A dónde quiero llegar?. Tomemos conciencia de que lo que ingerimos como creencia alimenticia no es más que un habito o costumbre de carácter cultural y que puedo cambiarlos sin problemas, con voluntad.

Si ahora de moda están los productos cárnicos elaborados como objetivo de las autoridades sanitarias como lo han estado en el pasado el tabaco y el alcohol, productos que fueron consumidos sin problemas en otras épocas más recientes, porque existe más información y formación, que cada uno tome su camino y sea consecuente con su nivel de consciencia y compromiso con su salud y bienestar.

Pero en materia de sanidad he aprendido que lo que parecía normal (fumar en el colegio dando clase o el hospital despachando pacientes) puede dejar de serlo si la ciencia descubre que lo que parece inocuo no lo es.

Fumaba y bebía todos los días. Ingestaba carne en abundancia y leche. Hoy no fumo, no bebo, no como tanta carme y no toma nada de leche ni café. El balance es más positivo para mis sentidos, mis pensamientos y mis emociones.

Hace poco me decía un conocido que si nos quitaban todos los vicios que vida era esta. Y es que ver la vida a través de una buena comida o un buen coito es lo que tiene, que si hay, hay, pero si no hay, no hay. Y nuestros más viejos ancestros ya nos enseñaron al respecto.

Se dijo que el siglo XXI sería el de la seguridad alimentaria y lo será.