La fuerza del enemigo común

Es sabido, que nada une tanto, como el tener un enemigo común. Y esto, me parece a mí, es lo que está pasando con algunos partidos políticos catalanes que están haciendo más de lo posible para obtener la independencia.

Su enemigo común es España y todo lo que huela a España y a español, desde el idioma a los símbolos, sin dejarse nada en el camino.

Ese odio es lo que mantiene fuertemente unidos a partidos tan dispares que abarcan todo el abanico político, desde un extremo al otro, teniendo en común solamente ese odio.

Para que los partidos nacionales tuvieran esa misma fuera, sería necesario que se les odiaran con la misma intensidad, pero no es así, por mucho que los catalanes, algunos catalanes, se hayan empeñado en hacerlo creer. Lo cierto es que entre los partidos nacionales están más por derribar al partido de al lado que a los independentistas. Unos y otros están utilizando la lucha por la unidad de España como herramienta política para ganar adeptos. De ahí el que sean incapaces de formar un bloque sólido. Su apoyos siempre van seguidos de una serie de matices, de condiciones, de aclaraciones, como si temieran que ese apoyo sirva para solucionar el problema y que los méritos se los apunte el partido del Gobierno, con lo que eso supone a la hora de obtener votos. Mientras tanto, los independentistas van ganado terreno y consolidando lo ganando

Por el contrario, los partidos catalanes, que están por la independencia, no tienen fisura alguna en este sentido, por eso no tienen miedo a decir que desobedecerán cuantas leyes se opongan a sus intereses. Saben que si se toman medidas en contra de ellos, todos se volcarán en su defensa, tanto en el Parlamento como en la calle, y se les considerará héroes nacionales, lo que les dará un plus de fuerza que les allanará la senda del independentismo.

Ya han dicho que la Constitución y todas las leyes se las pasan por el arco del triunfo, por lo que me temo que poco caso harán a las resoluciones provenientes de estas instituciones.

¿Qué medidas se tomarán si, como es previsible, hacen caso omiso de las sentencias del Constitucional?

La situación no es fácil, tal vez se tengan que tomar medidas drásticas, para lo cual es imprescindible que todos los demás partidos apoyen sin fisuras esas medidas. Pero mucho me temo que esos apoyos no llegarán a tanto. Es más, puede ocurrir que incluso las secciones catalanas de algunos partidos, se vuelvan contra esas soluciones y terminen apoyando, aunque sea de forma tibia, el independentismo.

Creo que es muy importante la unidad firme y sin fisuras de todos los partidos. Las diferencias se deben aparcar para después. Primero solucionar el problema, de forma "incondicional", y una vez atajado, hablar, dialogar y hacer lo que sea necesario para que ninguna autonomía tenga necesidad de plantearse la cuestión secesionista. Todo ello sobre las bases de igualdad, solidaridad y justicia.

También puede ocurrir que al final, se llegue a un acuerdo y se les conceda el oro y el moro, pero sin independencia. En este caso, todos contentos, el Gobierno español se adjudicaría el tanto, de no haber cedido a las presiones de los independentistas y los independentistas obtendrían una serie de prebendas que les haría más fuertes para el siguiente asalto, con el convencimiento de que es sí lo ganarán.

Pero ¿y la oposición? Seguramente no estará tan feliz, porque muchos votos volarán de sus urnas a las del partido que ha conseguido "terminar" con el problema. Por lo tanto, se tienen que asegurar una participación activa en ese proceso y si no se les permite, dinamitarlo para que el Gobierno fracase y los votos regresen a sus urnas. Al final lo que interesa es el bien del partido. Si podemos conjugar el bien del partido con el del país, bien, pero en caso de duda, prevalecerá el bien del partido.

Entonces ¿Cuál puede ser la solución? Ya lo he manifestado en más de una ocasión. A enemigo que huye, puente de plata. Que se vayan. ¿Cómo se puede convivir con personas que piensan y sienten tanto rechazo a lo que representa y somos el resto de los españoles?

Por otra parte, estoy convencido de que una vez conseguida la independencia y empiece el día a día de esa nueva república, tendrán que constituir los órganos de gobierno, para lo que es imprescindible que haya bastante unión entre todos los partidos, unión, que mucho me temo, desaparecerá al tiempo que haya desaparecido el enemigo común. Porque el odio es la argamasa que une tan sólidamente a todas y cada una de las piezas, pero al desaparecer esa argamasa, las piezas deambularán solas, cada una por su camino y no será fácil llegar a acuerdos, siendo tan dispares como lo son.

Por otro lado estarán los que no han querido esa situación, que se lo estarán reprochando contantemente. En fin que la gobernabilidad no será fácil. Eso sin contar con que quedarán fueran de la unión Europea y del Euro y un sinfín de problemas más que se le irán amontonando a medida que vayan pasando lo días.

Por todo ello, pienso, que puede suceder, que pasado un tiempo, vean la realidad y se den cuenta del error, que la venda del odio no les ha dejado ver y empiecen a hacer políticas de acercamiento.