La Izquierdona

Pasmado me he quedado al leer, en este diario plural, la lid que han mantenido el Sr. Estella y la Estefanía. Y no, no le pongo el artículo a la "Secre" de Podemos con malignidad, simplemente lo hago por miedo a que se violente y me violente por "ustearla" o ponerle un título. Pero lo reconozco, tratarla de señora no me sale.

A lo que iba, que me disperso como Podemos, después de leer y releer las tontunas de la Estefanía y la lección magistral de D. Alberto, llego a la conclusión (la mía) que hay que ser muy osado para meterse con alguien de la envergadura y altura moral del Sr. Estella, sin tener ni repajolera idea de lo que habla y de quien habla. Y no, no piensen ustedes que amparo a D. Alberto, ya que como se ve se defiende divinamente solo, únicamente expreso una humilde opinión, y la opinión es como el "pompis", cada uno tiene el suyo.

Cansado estoy de estos "chonis" de medio pelo, que presumen de las hazañas y clases sociales de sus ancestros como si los de uno, por haber hecho fortuna, fueran "pencos" que hay que maldecir.

Estas personas del puño amenazante, hablan de guerra y posguerra con una facilidad que asusta, ¿Qué pensarían sus abuelos, los que lucharon en La Civil, cuando ponen, tan a la ligera, una masacre como refuerzo de sus personas o ideas?

Ojalá pudiera desenvolverme en la gramática como lo hace D. Alberto Estella, pero no sé, así que lo diré con mis pobres palabras:

Yo nací en el 76 y soy hijo de la transición, procedo de una familia acomodada. La guerra y la dictadura las conozco por los libros y por gente como la Estefanía que se empeñan en mantenerlas vivas. He regalado mi firma a muchos partidos de una y otra ideología para que pudieran presentarse a las elecciones porque amo la democracia, y se me cae el alma a los pies cuando veo como ladran algunas izquierdonas, que tienen el odio tan metido en su ser que no son capaces de reconocer lo evidente y solamente pueden jugar con el "y tú más". Pero os digo una cosa a todos lo "moraditos": no conseguiréis nada, porque ni venceréis ni convenceréis.

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