Del día de todos los santos a la noche de los muertos vivientes

Uno de los recuerdos de mi infancia es el de acompañar a mi abuela al cementerio a limpiar las lápidas de la familia unos días antes del de todos los santos para que ese día luciesen en todo su esplendor, si entonces me hubiesen contado que el carnaval se celebraría en día anterior al uno de noviembre seguramente no le habría dado mucha credibilidad a quien me lo dijese.

Años más tarde he reflexionado sobre esa costumbre en la que siendo un niño me acercaba al cementerio sin darle mayor trascendencia, desde mi mente de infante, que la de ir a un lugar poco frecuentado con unos trapos y unos botes que quitasen el polvo del mármol y le sacasen su brillo original, sin pensar qué o quién estaba detrás de la fría piedra, reconozco que llegué a pensar, ya siendo algo más mayor, que no me parecía la forma más adecuada de honrar a los ausentes, que incluso me parecía algo frívolo convertir un día específico en aquel en el que por obligación hay que acordarse de ellos, quizás aun no había sufrido ninguna perdida cercana y no sabía que a veces uno se siente bien haciendo los honores visibles, aunque día a día se honren en la mente y en el corazón de uno mismo.

Pero el hombre es un animal de costumbres y por respeto a las que consideraba propias dije, antes de ser padre, que no celebraría las de otro país, pero eso, como les he dicho fue antes de ser padre, ahora preparo y celebro la noche de halloween para disfrutarla con mis hijos, este año además le he sumado una ruta por las Batuecas, aprovechando el magnifico domingo de puente que hemos tenido con la compañía agradable de unos buenos amigos.

Los Santos ya no es lo que era, sobre todo para las generaciones más jóvenes, pero eso no indica que no se respeten las costumbres, quizás sólo es señal de que no se conocen, a pesar de que no estaría conorcer nuestras raíces, nuestras costumbres y tratar de preservar aquello nos parezca bien por algún motivo, y no simplemente cambiarla por una moda que es igualmente impuesta, no elegida conscientemente, pudiendo incluso sumar formas y no destruirlas, y es que en el colegio ya no se habla de otra celebración que no sea la de los disfraces, de la noche de los muertos vivientes, en TV sólo se trata de esta costumbre importada, y los comercios están decorados de calabazas con caras terroríficas, quizás esté bien contarles a las generaciones venideras cual es el significado que ha tenido este día no hace tanto tiempo