Ética de las relaciones sexuales y amorosas (4)

"Julio de 22 años lleva saliendo con una mujer, Eugenia, 23 años, seis meses. Ella está muy enamorada de él y decidida a comprometerse en serio como pareja. Pero Julio no lo vive así: desea tener relaciones y le atrae mucho ella, pero no está enamorado y tiene claro que no quiere comprometerse. Julio tiene muchas ganas de tener relaciones sexuales, incluido el coito, y se lo pide muy insistentemente de mil maneras.

Ella le dice, respondiendo a su insistencia,: "mira, si tu estuvieras tan enamorado y tan decidido a comprometerte en serio conmigo como lo estoy yo, entonces sí estaría dispuesta a tener relaciones sexuales contigo. Pero, no tengo claro como lo vives tú. ¿Cómo vives nuestra relación?"

A Julio se le plantea un buen dilema: decirle la verdad y no tener relaciones sexuales o mentirle asegurándole que la ama, etc. y conseguir tener relaciones"

Otro dilema más: Mauricio es hombre de 50 años, casado desde los 25 años, pero tiene una amante, Petra, de 35 años, mujer soltera y muy enamorada de Mauricio, con la que tiene relaciones sexuales hace tiempo. Ella le dice que las cosas no pueden seguir así y que él debe tomar una decisión, la de separarse de su mujer o dejar de tener relaciones con ella. Mauricio le viene prometiendo desde hace tres años que se va a separar de forma inminente, pero no tiene el propósito de hacerlo y de hecho no lo hace"

Uno de los problema más frecuentes que tenemos es la falta de comunicación sincera y el engaño en las relaciones de pareja. Por ejemplo, se dice "te amo", "estoy enamorado", "te quiero", etc., cuando solo se desea tener actividad sexual con otra persona, se hacen promesas que no se piensan cumplir; se formulan compromisos que no se cumplen, etc.. De esta forma se hace obligatorio decir ciertas cosas, hacer ciertas promesas, vivir el encuentro de forma muy romántica, etc., cuando se trata de una relación asentada sobre el deseo y la atracción, sin otros propósitos. Y lo malo es que puede ocurrir que una de las partes sea sincera y la otra no. Estas situaciones son muy frecuentes. El lector puede leer literatura del pasado para entender lo que decimos. Puede releer obras como La Celestina (dónde se llega al extremo de que Melibea diga "No" a las relaciones sexuales, queriendo que Calixto las fuerce) o las novelas amorosas de María Zayas, por poner solo dos ejemplo de la literatura clásica española. Madame Bovary es otro ejemplo de comunicación desleal no solo de ella con su pareja sino de sus amantes con ella.

La ética de la honestidad se resume en este principio: En las relaciones sexuales y amorosas hay que ser leales, tener la honestidad de decir al otro/a lo que realmente queremos de él/ella, los sentimientos reales que tenemos hacia él/ella y los compromisos reales que asumimos o no.