Torres Villarroel le canta a Santo Toribio Mogrovejo

Diego de Torres Villarroel fue catedrático de la Universi­dad, confeccionador de horóscopos y pro­nósticos, huidizo de la justicia, etc., y sa­cerdote al final de su vida de estos tiempos de transición en la que un tradi­cionalismo claro, que le lleva a criticar las ideas de algunos autores ilustrados se burlará de Feijóo en Entierro del juicio fi­nal y vivificación de la astrología, en donde le tilda de « religioso desocupado» , es compatible con una crítica feroz hacia el anquilosamiento universitario coinci­diendo esta vez con el benedictino o ha­cia ciertas profesiones en to que tiene un gran antecedente en Quevedo.

Ultimo representante del estilo burlesco del XVII es, a la vez, cultivador del desgarramiento introspectivo y quevedesco en los Sueños morales, obra que no desmerece en algu­nas partes de su modelo y en la que se nos ofrece una visión descoyuntada, entre el realismo, el sueño y la locura, de profesio­nes y caracteres, prolongando la sátira ba­rroca no exenta de una clara preocupación social.

Cultivó la poesía como aquí podemos contemplar, al hilo de su exitosa participación en el concurso para festejar la canonización del gran universitario Santo Toribio. Los recoge N.A. Guerrero, rector del Colegio Mayor San Salvador de Oviedo, en el que estudió o quien fuese segundo arzobispo de Lima y patrono de los obispos de América. Los concursantes tenían que glosar el siguiente poema: "Unos indios, que jamás/ Te atendieron, a tus pies/ Se rinden, y donde estás,/No oro, y plata sino tres/Dones te dan, que son más".

El primer premio se lo llevó el P. Lorenzo de las Casas, lector de los Clérigos Menores, el 2º fue para D. Diego de Torres Villarroel, catedrático de Matemáticas de la Universidad de Salamanca.

Ver piedad en la fiereza

Y hallar doctrina en lo bruto

Fue milagro y es tributo

O Toribio a tu grandeza;

Pues apenas la maleza

De Andamarca hallado has

Cuando te adoran (aún más

Que a su inmenso Potosí

Los que antes te vieron y

Unos indios que jamás

Fue la ruda multitud

De tan bárbaro tropel

No carnal sino el más fiel

Crédito de tu virtud:

Argumento es, la quietud

De sus rebeldías, pues

Previendo más interés

Su cerviz diamante trunca

Y se postran los que nunca

Te atendieron, a tus pies.

De superior providencia

Mandados te dan tres dones

No indicios, demostraciones

De su fe, de su obediencia

Aumento a la Omnipotencia

En sus almas lograrás

Pues ya conseguido has

Que a tu arbitrio, a tus placeres

Adonde vos, donde quieres

Se rinden y donde estás

Bien pudo su amor, su celo

Regalarte plata y oro

Que es la cosecha, el tesoro

Que escupe su duro suelo

Mas son dones y el cielo

Tres dirige a tu interés

Y ellos, conociendo, pues

Que eran pocos dones das

Te dan (mandados de Dios)

No oro y plata, sino tres

El Breviario y Misal fue

Un culto en que demostraban

Que por horas, esperaban

Sacrificarle a la fe

Y en lo cándido se ve

La señal de que jamás

En negro horror los verás

Con que católicos

No dan bienes que son menos

Dones te dan que son más.