La felicidad es el primer deseo del ser humano. Yo diría que es también el fin por el cual estamos en este mundo. Muchas personas creen que la felicidad es consecuencia del éxito, la riqueza, la acumulación de bienes, la fama? En numerosas ocasiones nos decimos a nosotros mismo seré feliz cuando tenga un mejor salario, una casa nueva, una pareja, cuando alcance tal objetivo? Pero en realidad el éxito, el salario, la pareja son consecuencias de ser feliz, no la causa. Posiblemente conozcas personas que aparentemente tienen todos los bienes necesarios para ser felices pero sin embargo no lo son.

[Img #305877] Hay numerosos estudios científicos que nos hablan de este tema, pero en lo que todos están de acuerdo es que los aspectos más tangibles de la vida sólo afectan a la felicidad entre un 7% y un 12%. Una de las conclusiones que se extraen de estos estudios es que una vez que las necesidades básicas del ser humano están cubiertas, las personas obtienen una felicidad sólo temporal. Pongamos un ejemplo para explicar esto, imagina que siempre has tenido una casa normal. Tu situación económica mejora y te compras una casa mucho mejor y más grande. Al principio este hecho te hará feliz, pero después de un tiempo te acabarás acostumbrando a la nueva casa y pronto volverás al estado en el que estabas antes de comprarla. Lo mismo ocurre con cualquier otro bien material.

Por tanto ¿de qué depende nuestra felicidad?, ¿crees que la felicidad está hecha de pequeños momentos o por el contrario piensas que es un estado emocional que puede ser eterno? La verdad es que no existe una pócima mágica para ser felices pero lo que si nos dicen los expertos es que el 50% del éxito para ser felices depende de lo que elegimos pensar y hacer cada día. Cada uno de nosotros elige ser feliz o desdichado. Nosotros elegimos ver el vaso medio lleno o medio vacío.

Sí, de lo que te estoy hablando es que la felicidad es una elección. Hay personas que han tenido la gran suerte de aprender esto desde niños, se les ha enseñado a interpretar la vida de manera constructiva, a ver los problemas como grandes oportunidades. El resto, que suele ser la mayoría, lo tenemos que desarrollar a lo largo de nuestras vidas. Lo importante es que podemos hacer que nuestra mente sea más favorable y receptiva a los hábitos constructivos y a la felicidad. Si quieres empezar con una técnica, empieza cada mañana preguntándote ¿qué puedo hacer hoy para que sea un día especial? Y recuerda que si quieres que tu vida cambie, has de comenzar por introducir pequeños cambios en ella.