Batucada en La Querida con Lauren Cintado: Nos van a oír.

Y es que nos han oído. Las vacas, los gatos, los perros, los caballos? hasta los buitres que sobrevolaban los alrededores de Aldeanueva de la Bóveda? Los talleres de Raúl Vacas e Isabel Castaño, poetas, magos de la hospitalidad, siempre son distintos? lo único que nos espera a los visitantes de sus talleres sin sorpresa es el cocido generoso y fantástico de Carmen. Esta vez tocaba batucada y los tambores de guerra han sonado al sol para recordarnos que la unión hace la música y que todos podemos seguir el ritmo de la alegría.

La batucada es la música de una agrupación de tambores de origen africano que conocemos por el ritmo brasileño. Y sí, ponerle un tambor de cualquier tipo a un adulto hecho y derecho es convertirlo en un niño, dejarle seguir el ritmo y a la vez, enseñarle a improvisar. Esto se llama rudimentos, afirma Lauren Cintado, a lo que la poeta y dueña de esta Querida de todos que es la casa de Vacas y Castaño, Isabel, responde: No, son ruidomentos. Y es que aquí todo es literatura, el desván es puro cuento y hasta la leña crepita con aliteraciones. Los objetos tienen vida y descubren poemas, los gatos maúllan en verso y el sol es un reglón torcido frente a esta armada feliz de tambores comandados por Lauren Cintado. Suena bien aunque alguno de nosotros no ha agarrado una baqueta en su vida, y por supuesto, suena bien hasta la marca que queda en la palma cuando acabamos de darle al tambor y los oídos están tan llenos que no nos escuchamos.

Algo mágico de encuentro y alegría tiene Lauren Cintado. Por eso no me sorprende saber que trabaja como profesor de la escuela de circo de la Casa Escuela Santiago Uno. Allí donde los chicos en riesgo de exclusión social tienen un espacio para educarse de otra manera, Lauren Cintado enseña percusión y circo y Saldaña hace magia. Magia hay que tener para que ochenta chavales en riesgo descubran a querer y a quererse, a recuperar la alegría y la posibilidad de un futuro. Esa alegría que tiene en los ojos este educador diferente que ha conseguido hacerlos a todos tocar a su ritmo, y sí, seguro que los chicos de la Santiago tocan mejor, dispuestos a conjurar sus problemas y a conseguir que sus expectativas suenen al unísono. Práctica y trabajo, ensayo y constancia, es la enseñanza de Lauren Cintado sin imponer, sin que parezca que nos está corrigiendo un ritmo mal repetido.

Hay una memoria física, la mano repite el movimiento, por eso empezamos, repetimos, continuamos y suena fantásticamente, aunque ninguno hemos tamborileado más allá que de puro nervio sobre la mesa o sobre el volante. Hay algo efervescente en este taller de percusión, algo que suena cada vez más fuerte en las entradas y en las salidas bruscas. Silencio y risas, ritmo de tambores y energía. La misma que debe canalizar, en un trabajo necesario, fantástico, la gente de la Santiago. Ellos sí que deben sonar bien, redoblando corazones? Los nuestros, aquí en La Querida, con sus tambores y su profesor, también lo han hecho, y es que no hace falta nada más que un buen maestro y un entorno diferente para terminar haciendo aquello que nunca imaginaste? darle con todas tus fuerzas a un tambor gigantesco mientras Lauren Cintado percute nuestros corazones en el patio feliz de Isabel y Raúl, donde las palabras, esta vez, son latidos que tienen el ritmo de la tierra que nos sostiene.

Charo Alonso

Fotografías: Fernando Sánchez Gómez