“El Alcalde soy yo”, o De como la democracia se abre paso

Hace no más de quince días, el PP decía que PSOE y Ciudadanos eran los "palmeros de Ganemos". Esta semana el Sr. Alcalde dice que lo que hay en el Ayuntamiento de Salamanca es un tripartito. Pero lo cierto es que la ocurrencia, que pasará a los anales de la historia de los grandes clásicos absolutistas, viene de que "no le dejan gobernar" a su gusto. Pero no solo así, en general, sino en algo muy concreto como es la propuesta de poner en marcha un registro de licitadores y proveedores, en aras de la tan traída y llevada transparencia. Vamos, que el problema es que le están dando donde le duele: en el bolsillo. En el suyo y en el de sus amiguetes, que hasta ahora han campado a sus anchas contratando a su antojo y llevándose el dinero de todos a cambio de unos servicios que, en el mejor de los casos, dejaban mucho que desear.

Ahora que los tres grupos municipales de la oposición, están ejerciendo de lo que les toca, o sea, están haciendo oposición, al alcalde del PP le duele en el alma, digo en el bolsillo, que no le dejen hacer de las suyas y reclama el cargo que las urnas no le otorgaron con tanta claridad como el quería, y que el Pleno del Ayuntamiento le concedió en contra de la voluntad de Ganemos y de Psoe, y con el beneplácito, sí pero con reservas, de Ciudadanos.

Estos señores del PP, que hasta ahora no tenían quien les contradijera, piensan que la democracia es que ellos decidan y los demás acaten, pero se han dado de bruces con la realidad y tendrán que acabar admitiendo, que si gobiernas de espaldas al pueblo, el pueblo acabará encontrando la forma de hacerse notar.

Pero, no se queje usted, Sr. Alcalde: Ciudadanos tiene una ideología tan cercana a la suya, que en muchas ocasiones votará lo mismo que usted. Ahora que, le recomiendo que no se me haga el gallito, porque si se empeña en su "ordeno y mando", lo mismo los de Ciudadanos le aceptan el órdago y le plantean la moción de censura que usted irónicamente reclama.

Sr. Mañueco, la democracia no es que el Pleno del Ayuntamiento vote lo que el Alcalde diga, sino que los grupos políticos voten lo que consideren mejor para la ciudadanía. Se lo explico de otra manera: el Pleno no obedece al Alcalde sino que es el Alcalde el que tiene que obedecer al Pleno.

Si eso no le parece a usted gobernar, si no sabe usted gobernar en democracia, a lo mejor es hora de que se retire de la política activa.