Svetlana Alexiévich

El premio Nobel de literatura otorgado a la periodista Svetlana Alexiévich me ha llenado de enorme alegría, sobretodo en la medida en que lo considero un reconocimiento a los escritos que se producen diariamente en las revistas, periódicos y diarios de todo el mundo. La literatura de ciencia ficción tuvo que pasar su travesía del desierto aún mucho después de que escritores de la talla de Isaac Asimov escribiera la trilogía de "La Fundación", Wells, "La máquina del tiempo" o Clarke "2001: Odisea en el espacio". Lamentablemente no existen escritores modernos españoles que hayan destacado en este género si exceptuamos a la alicantina Elia Barceló y al valenciano Gabriel Bermúdez Castillo. Otro género pendiente de reconocimiento es el maravilloso mundo del comic que espero y deseo que le llegue muy pronto.

No voy a caer en la tentación del seudointelectual dando algunos datos recogidos de aquí y allá sobre Svetlana Alexiévich, he de confesar que no había oído hablar de ella jamás, por lo que no he leído absolutamente nada de la nuevo premio Nobel y dar una opinión sobre la misma sería inconsciente y temerario, no puedo hacerlo. Sin embargo si puedo alabar la labor del periodismo en la sociedad y en la empresa y alegrarme por este premio que viene a reconocer una profesión a veces olvidad y otras vituperada, pues somos muy dados a "matar al mensajero". Hace algunos años tuve una jefa de prensa con la que no tuve demasiada empatía en lo profesional, Rocío Ramos Montero, insistía una y otra vez en lo importante que era que se filtrara por su departamento cualquier comunicación exterior que yo debiera hacer, no por establecer una censura, sino por armar intelectual y literariamente lo que se quería realmente expresar. No le hacía mucho caso, y debo reconocer ahora que era más por ignorancia que por prepotencia, que de todo había. Aún recuerdo un discurso en Ávila que fue redactado por ella y resultó magnifico. Rocío, desde aquí quiero pedirte disculpas y agradecerte todo el esfuerzo que hiciste para que la comunicación con los medios se ajustara a lo correcto y no se realizara por impulsos.

Svetlana Alexiévich, es una periodista y novelista bielorrusa que solamente tiene un libro traducido al español, "Voces de Chernóbil" y a la quien se le ha dado el Premio Nobel por "sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo", tal vez por eso su editor Jaume Bonfill explica que el valor de Alexiévich y de aquel libro está en el hallazgo de un método que siempre estuvo allí y que nadie había explotado en este tipo de temas: la historia oral. "Alexiévich", explica Bonfill, "organiza las voces como si fuera el coro de una tragedia griega, pero consigue un efecto muy íntimo".