Humanidades

Algo de tufo me da que las humanidades pueden desaparecer como especialidades de nuestra enseñanza universitaria en un plazo mediano. Son de esas cosas que se van viendo venir y que nadie se atreve parar. Con eso no se come, ni se compite, ni se transforma la energía, ni se aplica de modo práctico (que diría un pragmático extremista). Quizás quede en ese futuro algún reducto (más privado que público) donde eso constituya una especialidad de salón para señoritos ricos. Mientras, todas las universidades se lanzarán a competir por el conocimiento aplicado a la sociedad, a la técnica, a la dichosa investigación provechosa, en carreras técnicas y científicas. Ay, que me lo veo venir. No es que vayan a competir por relevancia de conocimiento e investigación (que eso a lo mejor tampoco), sino que será una caza despiadada del potencial alumno que se ponga a tiro. Todo con la disculpa de una salida y aplicación directa de lo que demande el tan traído mercado laboral.

Entonces llegado ese momento triste, se dirá que ese aspecto educacional debe estar en enseñanzas medias y primarias (si acaso), como un elemento complementario de formación, y que una enseñanza superior de esas materias carecerá de sentido y de pragmatismo en su aplicación. Que quien quiera se modele humanísticamente en casa o en academias privadas. Esos serán los argumentos válidos llegado ese punto.

Aprender lenguas (vivas o muertas), pensamientos, y artes, lo considerarán un lujo, y pocas universidades se aplicarán a tener en sus programas dichas enseñanzas. Aunque algunas de ellas tengan su esencia y toda su historia cimentada en eso mismo. Pero dará igual. Pan para todos. Todos se lanzarán a por ese tarro común de esencias del pretendido pragmatismo, de la excelencia (¿?) del conocimiento aplicado a algo concreto, y abastecer (atiborrar, mejor) la demanda de los mercados de empleo. Aunque luego, al final, el título solo te sirva para ejercer de telefonista en una multinacional de comunicación, o de chico de los recados en una empresa guay que imita por fuera a las de Silicon Valley.