El Boletín macoterano

Seguramente, no tienes ni idea de esto del Boletín; a ti te suena el Boletín Oficial y el de la Provincia, pero el Boletín de Macotera, ni por asomo. Se trata de una publicación más, pero única. Digo singular, porque sólo nos vale a los macoteranos y a aquellos amigos, que la ven recostada sobre el tapete de la mesa, y su decencia atrae su curiosidad.

Digo que nos interesa a los macoteranos, porque habla de nuestras cosas, de nuestras historias del pasado y del presente y pronostica el futuro, y se encarga, también, de servir de vínculo de encuentro permanente entre los que están en el pueblo y los que residimos fuera. Es como el cordón umbilical, como el terruño que alimenta las raíces de nuestra vida y tradiciones.

Lo fundó la Asociación Cultural "Amigos de Macotera hace treinta años. Y aquí sigue, sin inmutarse, con sus 158 números, gracias a la colaboración de sus socios. Pocas ayudas hemos recibido, pero, trabajando y con mucha ilusión, aún seguimos en la lucha con la misma frescura de sus inicios.

Acaba de salir del horno el último número. Se trata de un monográfico de las fiestas de agosto, pues el mes de agosto es una fiesta de treinta y un días en Macotera. Todos los días ha habido algo, desde lo deportivo y cultural, hasta los festejos taurinos, la procesión con su loa a san Roque, verbenas, conciertos musicales, las peñas con su jarana, que han hecho hervir al personal. Todas las edades han tenido su sitio en el programa: los niños, con sus concursos, juegos, encierros, hasta los ancianos, los emigrantes, jóvenes y menos jóvenes y los forasteros, que nos visitan: todos se sienten protagonistas, porque las fiestas son un descanso, una quimera y una sublimación de emociones. Y todas estas cosas de sabor popular las recoge y cuenta el boletín de agosto con toda minuciosidad, y que remite a cada lugar del mundo, donde se halla un macoterano.

Y con estas líneas, queremos comentar contigo estas cosas e iniciativas; por si, algún día, tú o vosotros os decidís a hacer lo mismo. Para este desafío, simplemente, necesitais un bolígrafo, un folio, unas cuantas de perras y, sobre todo, mucha ilusión. Y, si las perras pueden ser vuestras, mucho mejor.