No entienden nada

Recordé una noticia que me sorprendió y abrió los ojos hace unos años. Unos periodistas con cámara al hombro se adentraban en la franja de Gaza acompañando a unos vengativos soldados israelíes que se dirigían a quemar la casa de la familia de un palestino tras identificarle como el suicida que acababa de cometer un atentado. Cuando llegaron allí la propia madre del terrorista estaba quemando su vivienda y mostrando su orgullo por la barbarie que había cometido su hijo.

El partido en el poder del Gobierno central en su intento de defender la legalidad que los españoles le confiaron no ha podido moverse con más torpeza. Tampoco lo tenían muy fácil, los pobres. No son tiempos de tanques. Habrían alcanzado mejor sus objetivos si hubiera renunciado a ellos. Ante la primera asonada separatista debieron decir que sí, que lo hablaran entre ellos, que hicieran sus cuentas de la lechera y que trajeran una buena propuesta para declarar la independencia, con todos los cabos bien atados (los económicos, los jurídicos, los burocráticos, etc). Así el catalanismo no habría dado paso al separatismo. Pero el PP debe de tener pocos psicólogos sociales en sus filas y es una lástima pues éstos les habrían explicado las ideas de Tajfel y la identidad social, también el conformismo. Los soberanistas ya lograron su objetivo al crear un ellos y un nosotros, un enemigo exterior. (En las tertulias de TV3 no consideran catalanes a los votantes de Ciudadanos y casi ni hablan de ellos salvo para considerarles las élites infiltradas a modo de quintacolumnistas madrileños.) Tienen fácil una identificación de grupo contra un tirano. Y ya tienen su Braveheart imputado por las fuerzas del mal, algo que era, por otra parte ineludible. Pero veo que el PP sigue erre que erre pues vuelve a pedir a sus votantes una nueva mayoría absoluta sin pensar que ya la tuvieron y que sería otra vez favorable para los independistas.

¿Qué puede significar: no me siento español? Piensen en otros ejemplos de quien no se siente miembro de un colectivo del que forma parte: el drama está servido. Supongo así la tragedia de Michael Jackson que seguramente no se sentía negro. Y comprendo el sufrimiento de aquellos y aquellas que se sienten extraños dentro del cuerpo que habitan por poner dos ejemplos de identidad personal del círculo más íntimo del ser humano. Uno puede decir que no se siente español o que no se siente mujer o que no se siente blanco, pero otra cosa es que inicie acciones para que ese sentimiento pase al acto. Y cuando alguien decide dar ese paso y hormonarse, y cambiar su filiación, incluso operarse para parecer por fuera lo que ya se siente por dentro, no tiene sentido intentar convencerle de que no lo haga (ni nadie lo pretendería) y quemarían su propia casa.

Otra cosa es cómo se ha llegado a esa esquizofrenia personal de no sentirse lo que se es, como un rol no aceptado. Y, a estas alturas, ya da igual. Por ello no sirve intentar demostrar con argumentos que los mitos se crean y se destruyen, ni advertir de las previsibles consecuencias. Tampoco en Grecia funcionó intentar convencerles de que no les convenía. (Y eso que, con todo, los que más coherentes me han parecido en debates y entrevistas, además de Ciudadanos, son los de las CUP.)

Pero el gobierno sigue empeñado en "demostrarles" a los independentistas que no tienen razón y que la historia fue así o asá y la lengua española no la impusieron Felipe V ni Franco sino que la hablaban los que allí vivían o llegaron a vivir. Siguen poniendo el acento en si se ganará o perderá dinero, si se saldrá o entrará en la UE, en si sus equipos de fútbol jugarán la Liga española sin preguntarse si éstos querrán. Yo supongo que lo primero que harán los separatistas es retirar esos equipos de una liga extranjera como la española, ni les permitirán jugar ni esos equipos querrían.

En fin, el bochorno de Mariano Rajoy en la radio mostrándonos a todos con sus titubeos que estaba desnudo sin necesitar a ningún niño que lo gritara dio el empujón definitivo a las tesis rupturistas. Y el video de final de campaña en el que nuestros acaramelados próceres nacionales, mezclados con los candidatos de su partido, se atreven a chapurrear una lengua de las dos que se hablan en Cataluña, queriendo expresar con ello su cariño, su estima, para entrar en los corazones de los díscolos catalanoparlantes que quieren echarse al monte es la cima de la torpeza y el epítome de la inopia. Y no puede sino ser visto por éstos como un sarcasmo y una señal de rendición. Para saber como funciona la psique humana y grupal, si es que existe, y el sinsentido de pretender que te quieran cuando no te quieren les recomendaría la película El coleccionista en la que un tímido oficinista rapta a una mujer para conseguir que se enamore de él, algo que, obviamente, ésta no puede forzar por mucho que le vaya la vida en ello. (Soy deudor de la obra de Juan Antonio Rivera Lo que Sócrates diría a Woody Allen en este punto y en muchos otros).

No entienden nada.