De Teresa a Javier

Al comenzar el mes de octubre, se pone en marcha la campaña del DOMUND, que tendrá lugar, como siempre, el penúltimo domingo de octubre, es decir, este año el próximo domingo 18.

Pero nuestra delegación diocesana de misiones, como aperitivo para el nuevo año misionero, ha realizado una peregrinación de 30 personas a las fundaciones teresianas del norte de España y a la cuna de Francisco de Javier. El lunes 28 visitábamos las fundaciones de Medina del Campo, Valladolid, Palencia y Burgos. El 29 lo dedicábamos a visitar el castillo y santuario de Javier en Navarra. Y el 30 terminábamos la experiencia peregrinante en las fundaciones de Soria y Segovia.

Ha sido para nosotros una inyección de espíritu místico y misionero. Contemplábamos, en este centenario del nacimiento de Teresa de Jesús, el sentido práctico y creativo de la monja andariega que, apoyada en obispos, superiores generales, colaboradores curas y religiosos, y bienhechores de todo tipo, fundamentalmente señoras ricas que, o querían reparar su esterilidad natural de carencia de hijos con una fundación que les asegurase los nuevos hijos e hijas espirituales, o incluso colaboraban a la fundación del convento, no sólo con fuertes cantidades de dinero, sino que, en más de un caso, entraban ellas mismas y en algún caso una o más de sus hijas en los propios monasterios.

Los tiempos eran "recios", como diría la santa madre, porque amenazaban con expandirse hasta España los luteranos incipientes o protestantes, y había que contrarrestarlos, aportando "lo poquito que hay en mí" ? decía Teresa --, con los diferentes "palomarcitos" orantes y de inmolación personal, que quedaban inaugurados con la imposición solemne y permanente del Santísimo Sacramento en sus sagrarios, en contra de las negativas de la presencia sacramental de la Eucaristía fuera de la misa que profesaban los protestantes.

Igualmente le movía a tales fundaciones de oración y pobreza el hecho confirmado mediante el contacto con misioneros y con sus mismos hermanos que marcharon a América, en la que multitud de indios terminaban sus vidas sin conocer a Cristo y sin saber cuál era el destino de ellos mismos en el mundo futuro.

Fray Luis de León, que no conoció en persona a Santa Teresa y que, sin embargo, fue el primer editor de sus obras, llegó a decir que conoció a la santa doctora a través de sus escritos y de sus hijas. Nosotros hemos leído textos de la Santa y hemos tomado contacto con varias fundaciones que ocupan hoy todavía sus hijas, las carmelitas descalzas. Ellas, lecturas e hijas, nos han contagiado en estos días el espíritu de la Santa Madre, y nos han puesto en ilusión para las a veces duras tareas de la animación y cooperación misionera.

No digamos nada del espíritu de Francisco de Javier, misionero de multitud de predicaciones, cartas y bautismos, que lo han llevado a ser, Junto con Teresa del Niño Jesús, patrono de las misiones católicas en todo el mundo. El Papa Francisco nos invita a salir a las periferias de la Iglesia para anunciar el evangelio en los lugares y ambientes donde aún no se conoce ni acepta a Cristo como el único Salvador. También nos ofrece ahora, cuando está para terminar el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa, un nuevo jubileo de gracia, el jubileo de la misericordia de Dios. Por eso este año el lema del DOMUND es precisamente ése: "Misioneros de la misericordia". Javier nos ha puesto en el disparadero de la campaña de l DOMUND de este año. Hemos venido fortalecidos y animados, y dispuestos a proclamar ese año de gracia de la misericordia de nuestro Dios y Señor para con todos los hombres.

Con la Eucaristía que cada año abre el curso misionero celebrando a Teresa del Niño Jesús el día 1 de octubre, este año precisamente en la parroquia de Santa Teresa de la ciudad de Salamanca, se ha abierto el curso misionero. Javier y Teresa la grande serán nuestra fuerza e inspiración en el curso que comienza.