La desilusión catalana

Hasta bien avanzada la mañana del lunes no he leído prensa alguna, ni he visto ni oído televisiones ni radios. Durante la tarde y la noche del domingo he tenido cosas mucho más importantes que hacer, he estado con un grupo de amigos a los que quiero y me quieren, a los que necesito y me necesitan. Ahora, al ver los titulares y algo de la letra pequeña, al escuchar la radio del coche mientras me dirigía a casa, me he llevado una gran desilusión. Parece que se pone difícil lo de conseguir la independencia. La verdad, yo me había hecho la ilusión de conseguirla, de poder ser independiente de todo cuanto pasa en Cataluña y que todo lo que allí pasara, tuviera en España, la misma repercusión como lo que pasa en Portugal, por ejemplo.

Según he podido leer, ha habido más personas que han votado a favor de los partidos que no desean la independencia que las que han votado a partidos independistas. Aunque al parecer, las personas cuentan poco, sólo para ser utilizadas a conveniencia de los partidos políticos, que son los que importan, y se hará lo que digan los partido, porque los votantes serán más, pero nos son Mas.

La esperanza es lo último que se pierde, al menos eso se dice, por lo que no la perderé en el primer asalto, de este combate, que parece será de fondo.

Como digo, yo me había hecho la ilusión de que por fin conseguirían marcharse y dejarnos en paz, algo más pobres, es posible, pero en paz, que es algo de valorar y tener en cuenta. Porque, esta no victoria, aunque no haya sido tan rotunda como a ellos les hubiera gustado, lo único que conseguirá es aplazar la independencia para el siguiente asalto. Mientras esperan esa nueva ocasión, no perderán el tiempo, utilizarán los resultados para chantajear al resto de España, y mientras esperan al día "D" seguirán acumulando competencias y todo tipo de prebendas, para hacerse más fuertes de cara al siguiente asalto, y quién sabe si para entonces no tendrán la suficiente fuerza como para que Europa les reciba con los brazos abiertos.

Se habla mucho estos días, y a partir de ahora probablemente se hable más, de dialogar, de hablar. Yo siempre he sido un defensor del diálogo, pero cuando los interlocutores no están dispuestos a hablar y a ceder en algo que sirva para llegar a buen fin, me temo que ese dialogo es poco menos que imposible. Si la postura es que; o me das lo que quiero o me cabreo tanto que me auto independizo, me parece que hay poco que hablar.

Según leo en prensa, y escucho en radio, los líderes de la CUP, han dicho que la legalidad española debe ser desobedecida, que ahora sólo mandan ellos, ¿Por qué nos empecinamos en obligarles, y obligarnos, a convivir con gente que no quiere saber nada de nosotros? ¿Para qué queremos leyes, tribunales y más altos tribunales, si no son capaces de tomar medidas ante las personas que ni cumple la Ley, ni tiene intención de cumplirla, y además lo proclaman a los cuatro vientos y se ríen de esos Tribunales?

¿Cómo es posible vivir en un mismo país con personas que odia los símbolos de ese país, que no respetan la Constitución, que aborrece a sus mandatarios, su lengua, su cultura??

Más vale una vez colorado, que cien sonrosado, porque esto es lo que vamos a conseguir, aguantar, aguantar, darles cuanto pidan, para que al final cada uno se vaya por su camino.

Yo me había hecho la ilusión de que llegaría un día en que, en la sección de nacional del telediario, no se hablara nada de Cataluña, ni del Barça, y que se dedicara a comentar las muchas e interesantes noticias que ocurren en España. Porque en Extremadura, Aragón, las dos Castillas, Asturias, Cantabria, Andalucía?. Y el resto de las comunidades y ciudades autónomas, ocurren cosas que son merecedoras de la atención de los medios de comunicación, pero están eclipsadas por todo cuanto acontece en Cataluña.

Pero mucho me temo que esto no lo veremos a corto plazo. Por otra parte, parece ser que los vascos ya han pedido la vez, y están calentando motores en la "parrilla de salida".