De pequeñ@s y mayores.

Esos dos primero años en la vida de un bebe pasan a una velocidad de vértigo. Solemos escuchar a una mamá veterana comentarle a una primeriza, - ¡aprovéchate, que crecen muy rápido!

Si, crecen muy rápido, y durante esos primeros años no hacemos más que estimularles para que anden, corran y hablen manteniendo una conversación fluida y rica en vocabulario, y a partir de ese momento, lo único que le pedimos es que se estén quietos, en casa y en el colegio, y que no se expresen más de lo debido porque nos vuelven la cabeza loca.

A mí personalmente hay algo que no me cuadra. Sinceramente prefiero una personalidad infantil extrovertida, que venga con una brecha de vez en cuando, con un problema de discusión con un compañero/a que un niño introvertido, silencioso? ¿qué niño/a es ese?

Ese es el modelo que queremos en ocasiones, tranquilo que no de guerra, entonces señores y señoras será un niño/a con una patología, un problema social o psicológico, en definitiva el niño/a silencioso, es un niño infeliz.

Disfrutemos de los vaivenes de la vida, de las veces que te hacen enfadar y de lo que aprendes cada una de las veces que te enfadas con ellos, de los "puntazos" que tienen y de ese "yo" infantil que todos/as tenemos y que resurge cuando tenemos a un pequeño cerca.

La curiosidad, amigos, mato al gato, pero es la más sabia lección nunca inventada por el ser humano, y yo personalmente si hay que morir de algo pues que sea de curiosidad y si es infantil mejor.

Dejemos que se caigan, que corran, que cojan piedras y que lleguen a casa directos para meterlos en la bañera y disfrutar de ese momento tan valioso. Me viene a la mente la gran campaña publicitaria que surgió al juntar un niño y "un palo", las cosas importantes están en las cosas simples de toda la vida, no perdamos esto como esencia de nuestra mente, aprendamos a trabajar y a vivir con ello.

Este es mi beso semanal para tod@s vosotros/as.