"La reforma del Código Penal favorece la impunidad de los proxenetas"

Este miércoles, 23 de septiembre, con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, el Colectivo feminista Trece Rosas ha manifestado su "indignación ante una de las formas más graves de violencia machista, la esclavitud sexual".

Comunicado de Trece Rosas

La explotación de seres humanos con fines de explotación sexual afecta a más de dos millones de mujeres y niñas en el mundo, víctimas de un mercado sexual global que explota sus cuerpos y anula sus derechos para mantener el multimillonario negocio de la compra y venta de personas.

Hoy queremos visibilizar una práctica aberrante que se nutre de la pobreza y la desigualdad, la violencia y la falta de oportunidades. Dicha práctica está tremendamente ligada al negocio de la prostitución, alimentado en gran medida a través de la trata de personas.

A pesar de tímidos avances en la persecución de la trata, denunciamos que la permisividad con quienes se lucran de esta forma de esclavitud va en aumento. La reforma del Código Penal aprobada por el Gobierno este mismo año, favorece la impunidad de proxenetas que, disfrazados de empresarios, explotan sexualmente a mujeres, cada vez más jóvenes.

Denunciamos también la aceptación social de los hombres que consumen prostitución. Hombres con los que convivimos en el día a día en nuestra ciudad, en nuestros barrios, y que no sufren ninguna consecuencia.

Debemos hacer visible que una gran cantidad de mujeres en situación de prostitución son víctimas de trata, accesibles a cualquier hombre dispuesto a pagar por ellas, conozca o no su condición de víctima. Sólo en los cuatro primeros meses de 2015 los cuerpos de seguridad del estado han identificado a 4900, y esta cifra sigue aumentando.

Ante esta situación, el Colectivo Feminista Trece Rosas exigimos el endurecimiento de las medidas para erradicar la explotación sexual y la trata de personas; el aumento de los apoyos a las víctimas y desvincular esta condición a la existencia de denuncias desincentivadas por el miedo y las amenazas; aumentar los recursos asistenciales para mujeres en situación de prostitución; formación especializada a profesionales y sensibilización para prevenir el consumo de prostitución; y rechazo social al consumo de prostitución.