El empleo no es un privilegio, es un derecho

Soy Elena, una voluntaria sensibilizada que colabora con Cáritas Diocesana de Salamanca en el Área de Inserción laboral. Con ocasión del día del Trabajo, me gustaría compartir mis reflexiones con ustedes.

Tenemos muchas definiciones de trabajo y hasta un niño nos podría definir lo que es. Con palabras sencillas podría decir: tu medio de sustento. ¿Suena mal verdad? Podría haber dicho, aquella actividad en la que invierto mi tiempo porque me siento realizad@ y me ayuda a sentirme útil.

Para empezar quiero manifestar que las personas que tienen un trabajo en Cáritas emplean su tiempo y gran esfuerzo en hacer que otras personas sean autónomas en su búsqueda de empleo, facilitando los recursos y las habilidades para conseguirlo.

Con mi corta experiencia, quisiera resaltar, que las personas que piensan que los españoles no quieren trabajar, que es mentira. Que los inmigrantes nos roban el trabajo es otra mentira.

Acuden a nuestra oficina personas de todo tipo pidiendo "cualquier empleo" y eso tampoco es justo. La situación de una persona que no tiene qué darle de comer a su familia o comprarle unos zapatos a su hijo o poder pagarles una ortodoncia o sencillamente no poder darles un bocadillo para el recreo es una situación de la que todos deberíamos ser conscientes.

Pero yo quiero ir más allá, quiero hacer una reflexión quizás descabellada: si todos tuviéramos comida gratis y zapatos gratis, si existiera la posibilidad de que todo el mundo tuviera lo mínimo para vivir? austeramente, sin lujos... ¿realmente habría tanta demanda de trabajo? ¿Acaso no es el dinero el principal objetivo de todo? Hoy en día muchas personas piensan que el trabajo sirve exclusivamente para ganar dinero, pero yo voy más allá: el trabajo debe ser una satisfacción, un medio de realización personal. Debería hacernos felices.

Está estudiado que pronto el trabajo será un lujo y, si no paliamos la situación actual, las desigualdades se harán cada vez más grandes. Yo, desde mi humilde situación de voluntaria consciente de esta realidad, pediría la creación sostenible y equilibrada del empleo.

La Educación, es la base de todo. Todo. Educación en valores, en sensibilización frente a lo desigual, educar a valientes que no se desmoronan porque la vida es un desafío maravilloso pero necesitamos que nos den una oportunidad a todos y cada un@ nosotr@s.

En Cáritas, veo la desesperación de las mujeres y hombres que luchan por no quedarse en la calle porque no tienen para pagar un alquiler y mucho menos para los libros del colegio de sus hijos, no tienen trabajo.

Incluso hoy en día un trabajo no garantiza que puedas pagar la gasolina del coche de la empresa que quieres crear... los precios son desproporcionados o lo que es lo mismo no hay correlación entre lo que ganas y los bienes necesarios para uno mismo y menos para tu familia.

Pero se necesita coordinación y como digo, nadie regala nada... Aunque en Cáritas los voluntarios regalamos un poco de nuestro tiempo. Las instituciones públicas parece que tiene muchas cosas que hacer mientras hay gente vive en condiciones marginales porque es más bonito invertir en la búsqueda del cadáver de Cervantes que invertir en caballeros valientes y soñadores que luchan por tener una vida digna. No noto una conciencia real por parte de ningún gobierno, de ningún país europeo

No hace falta trabajar más sino hacer políticas concretas y efectivas. Subvenciones e incentivos. Poner menos trabas a los pequeños y medianos empresarios.

Quiero dar las gracias a mis compañeras y compañeros de Cáritas Diocesana de Salamanca por enseñarme que la vida está llena de dificultades y poder tener la oportunidad de acompañar a estas personas. Sobretodo necesitan una palabra de ánimo para no desfallecer.

Porque el empleo no es un privilegio es un derecho.

Mª Elena Moreno Vicente