Verano de sangre y fuego

Estar informado a diario de cuanto pasa en el país se está convirtiendo en puro masoquismo, porque cada día los distintos medios nos ofrecen la extensa crónica negra que nos persigue por doquier.

Se está pagando un alto precio por tanta fiesta ? que debe haberlas ? y el periodo vacacional se cobra el suyo en las carreteras, en la playa, en las piscinas, en la montaña? Vaya verano que llevamos y no ha terminado. Espero que los antitaurinos no estén regocijándose ? aunque muestras de ello han dado ? por los numerosos accidentes mortales que podemos ( jo?, no había otro verbo) contabilizar a día de hoy. Los encierros taurinos en los pueblos están tomando auge y no siempre se celebran con las mínimas medidas de seguridad para tanto imprudente, para tanto "valiente" y pasa lo que pasa. Someter a una carrera nerviosa y acosadora a un toro solo se convierte en un peligro que no todos calculan, pues el animal saca su instinto de defensa al verse en tales circunstancia y lanza su fiereza a todo lo que se mueva a su alrededor. Alto precio, digo, el que se está pagando y los responsables de organizar estos "festejos" deberían tomar medidas, si es que pueden, porque no se debe organizar una fiesta en la que un evento como este no cuenta con las garantían mínimas y termina siendo una carrera alocada, con la muerte en los talones.

Queda el Toro de la Vega , "Rompesuelas", que se me antoja movidito este año. Queda casi un mes y ya están promocionando al animal. Los posibles heridos no serán por asta de toro, ya lo verán.

Sigue la crónica negra veraniega con la larga nómina de ahogados. Dicen quienes tienen la responsabilidad de vigilar que la mayor parte se produce en zonas fuera de vigilancia. Sea donde sea, no parece normal que estos sucesos se hayan convertido en habituales, sobre todo este verano. La montaña lleva los suyos, también. Y la carretera que no cesa, por más estadísticas mejoradas que quieran vendernos. Es necesario recapacitar, porque el ocio y las aficiones se están encareciendo y este precio no es asumible. Una sola vida es mucho precio.

De los que cogen la escopeta, el cuchillo o el hacha para arreglar los problemas familiares ya ni hablamos. ¿Pero no se puede terminar con esa barbarie?

Si vas a seguir así, vete ya, verano de sangre y fuego.