Los encierros y la Loa en La Alberca

Son las tres de la mañana, no van al río de Batuecas, se van a enjaular los toros a la dehesa salmantina, que entre frondosas encinas, de este nuestro campo charro, va la manada de bravos, jinetes sobre caballos, y traspasando la cerca, van camino de La Alberca.

Y ya despuntando el alba, con sus dorados reflejos, caminamos por la calle, pues hay que verlos de lejos, y es que tienen mucha raza, pues bajan como demonios por la calle del Tablao, hasta nuestra hermosa Plaza.

Se oyen gritos, hay carreras, y pasan como una sombra, que hasta los niños se asombran, al ver cómo pasa el bravo desde el cuerno hasta la cola.

Después de dar unas vueltas, con carreras y con quites, se meten en los toriles, ya todo vuelve a la calma, caminamos despacito, ha sido corto el ratito, tomaremos chocolate con esos churritos fritos.

Y ya a media mañana, me dirijo hacia el Solano, para ver el mano a mano, de Lucifer y el Arcángel San Miguel, de las hermosas virtudes y pecados capitales.

El reloj ya da las doce en la torre de la Iglesia, tiene que empezar la Loa, el auto Sacramental, que desde siglos celebra, este pueblo de La Alberca.

Aún recuerdo que de niño acudía de la mano de mi madre, o de mi abuela, con tajos o con tajuelas, y portando en la cesta de castaño turuletes, y barril con el agua fresca y gotitas de anisete, había que ver tras la Loa, la comedia y su sainete.

Ha empezado la función, y dicen unos zagales, yo escucho con atención, quieren celebrar las fiestas que nuestro pueblo celebra a María de la Asunción.

El pastor que se ha acercado, para celebrar las fiestas, con sus albarcas, sus cuernos, con cencerros y zurrón, nos explica la merienda con su peculiar guasón : "media docena de cuernos eché para merendar, son de muy rico alimento, pues con solo así chupar, me parezco a Don Cornelio, como hay muchos en el lugar",

Pero Lucifer que quiere las fiestas poder aguar, se ha subido en la serpiente y desde allí declamar: "Esa voz que a mis oídos, me resuena tan feroz, me arrebata los sentidos y me llena de pavor, voz que imploras mis desdichas, ven a este puesto veloz, que entre las nubes y el viento te espero en esta ocasión, sal pues, que Luzbel te llama con agitado rencor, lluevan rayos y centellas, tiembla el mundo a mi valor, ¡¡vomita ya, vil serpiente!!, la ira de mi corazón, viva el Infierno y que muera María de la Asunción".

Y entre silbidos y truenos, el personal se cobija, pues Luzbel ha desatado todo su odio y su ira.

Luzbel presenta los Pecados Capitales, que tiene para su reguardo, que puede temer al mundo, al Cielo planeta y astros. ¡¡¡Quien como yo en el poder!!!.

Aparece el Arcángel San Miguel, ¡¡¡ Quien como Dios bestia fiera!!!, presentando las siete virtudes, contra los siete pecados.

"Vete maldito de Dios, a tus profundas cavernas, que mientras Dios sea Dios, tu desdicha será eterna"

A lo que Luzbel dice "Ya me venciste Miguel, y en tan rigurosa pena, habrá su boca el infierno y en su seno me contenga"

Albercanos que a la Asunción hacéis fiesta, nunca dejéis de alabarla, pues Dios con su providencia, os colmara de virtudes y de abundantes cosechas, y en saliendo de esta vida, os dará la gloria eterna. Andrés Barés Calama