Los espías de Mañueco

Resulta que era verdad. Lo que tanto se comentaba por la ciudad, y que parecía una leyenda urbana, se ha confirmado: existe una guardia personal al servicio del emperador, perdón, del alcalde, dentro de la policía municipal de Salamanca.

Después de negar su propia existencia, y ante los repetidos requerimientos del grupo municipal de Ganemos, el equipo de del Ayuntamiento ha reconocido que existe un grupo especial en la policía municipal de Salamanca, el ¡grupo siete!. No dirán que no es resultón, repitan para sus adentros: ¡grupo siete!; con más énfasis, que se llene la boca, ¡¡grupo siete!!. Joer, que barbaridad, y nosotros que pensábamos que vivíamos en una ciudad normal y estamos a punto de ser protagonistas de la serie de la temporada: Grupo siete, los espías de Mañueco. Incluso es posible que se rueden secuelas: Grupo siete, misión imposible; Grupo siete contra el crimen; Grupo siete, Salamanca limpia y segura.

Ahora sí que podemos presumir de tener una policía como la de Las Vegas, con cuerpo de élite y todo. ¿Se imaginan cómo serán estos superpolis?; yo los veo entre ordenadores de última generación, vestidos de macarrillas para que los malos no sospechen, con la pistola colgando del sobaco (eso sí, bien depilados, que se note que son modernos y europeos, nada que ver con la apolillada y casposa policía secreta de la gabardina con manchurrones de aceite de latas de caballa), capaces de comunicarse entre sí con una mínima elevación de la ceja (sin que se les deba confundir por ello con los chicos de la ceja de ZP).

Con todo, lo más molón es su nombre, "grupo siete"; parece ser que no quiere decir que lo integren siete elegidos por el dedo municipal, sino que son unas siglas de un nombre muy largo y enjundioso, pero la verdad es que ilusiona pensar en Los Siete Magníficos, siempre dispuestos a limpiar las calles (en el sentido en que emplea la expresión el demócrata candidato del PP a las elecciones catalanas, es decir, a dejarlas sin suciedad). Seguro que cada uno tiene su propio número, y reservan para el jefe el último de ellos, el famoso JM007, que arranca suspiros a todas las jovencitas que se sienten seguras custodiadas por estos siete machotes.

Lo que no tengo claro es cuáles son exactamente sus importantes cometidos. Cada vez que leo las explicaciones dadas por el equipo de gobierno me lío más, porque hablan de técnicas especiales y de la policía local como un "cuerpo polivalente" (nada menos, estoy impresionado), y que "la normativa que sustenta la creación de unidades, secciones en el Cuerpo de la Policía Local es una situación meramente funcional" (llevo varios días perplejo intentando desentrañar tan profundas reflexiones, y no lo consigo, están en otro nivel). Después de todo este batiburrillo de explicaciones que nada explican acaban diciendo que se trata de "un grupo dedicado a informar e investigar todo lo relacionado con la ciudad de Salamanca"; ¡toma ya, que vengan a Salamanca y aprendan, que ya lo dice el refrán!; nada como una buena policía secreta, como aquellos que con un solo gesto volteaban la solapa de la gabardina y hacían brillar la estrella de la verdadera autoridad, para que se lo piensen todos los descerebrados que están dispuesto a subvertir el orden natural de las cosas; comunistas, anarquistas, perroflautas, pancarteros, demócratas en general, se os acabó el chollo, el grupo siete os pondrá en vuestro sitio.

Ya se sabe, ser alcalde de Salamanca es un puesto de alto riesgo, tanto como para tener a su disposición doce escoltas y un grupo especial, el grupo siete. Sería estupendo si no fuera por un pequeño detalle: su sueldo no lo paga el Sr. Mañueco, lo pagamos entre todos.