Mogarraz

La Villa de Mogarraz, este hermoso pueblo serrano situado en una envidiable balconada hacia el saliente, desde la que se divisan con gran profundidad las sierras de Bejar y Gredos, así como las gargantas de los ríos Alagón, Cuerpo de Hombre o Sangusín, es uno de los pueblos que conforman nuestra Sierra de Francia.

Mogarraz es un vergel de bosques frondosos, con una vegetación exuberante, rodeado de bancales, cuyas paredes graníticas, hechas por las manos de los mogarreños, albergan olivos, vides y cerezos; con arroyos de aguas cristalinas, como el Milano o el Bocíno; con una gran riqueza de fauna salvaje

Mogarraz se encuentra situado al suroeste de la provincia de Salamanca, a 85 Km. de la capital. Tiene una superficie de 9,05 km² y está a 766 metros sobre el nivel del mar.

Fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1986,

La propia colina en cuya ladera se asienta impide que desde aquí se divise la majestuosa Peña de Francia, pero el pueblo se siente a la vez presidido y cobijado por esta montaña totémica de toda la comarca.

Este bello concejo de Mogarraz pudo ser en sus comienzos lugar de pastoreo, dado que los primeros pobladores fueron, seguramente, mozárabes venidos del norte. Una leyenda sin base real afirma que el propio nombre del pueblo se debe al primer individuo que se instaló aquí: el pastor Mingarraz. Por lo demás, no es segura la etimología. No parece haber duda de que es de origen árabe y algunas teorías lo relacionan con el pastoreo de cabras, más probable parece la de Asín Palacios, que hace derivar Mogarraz de mugaris, que en árabe significa 'plantío, lugar fértil'.

Del mundo árabe son muchos los vestigios que nos hablan de esta cultura: los topónimos de Albañal, alberca (estanque), Peñas Alviras, Tariles, Caliares, Fuente del Moro, etc. También algunas de las nueve leyendas mogarreñas, El charco de la mora encantá o El Canchal del Malbán, están pobladas de muladíes, almohades, zahoríes y mozárabes, y en ellas habitan hermosas moras, llamadas Laila y Aixa.

La cultura judía está presente en los dinteles graníticos, con inscripciones que querían ser testimonio de su conversión al cristianismo, sobre todo invocaciones a la Virgen María. También en la elaboración de las joyas, con sus filigranas; en la toponimia y en leyendas como El llano de los judíos, y en la pila bautismal del despoblado de Las Aldehuelas, adosada al saliente de la ermita del Humilladero.

La cristiana, la que ha perdurado, es visible desde antiguo en la gran profusión de cruces, que aparecen por doquier: en esculturas graníticas, en el calvario, en las joyas y los relicarios, en los dinteles de piedra, etc. Entre estos últimos, destaca por su belleza el de la Casa de las Ánimas, donde vemos esculpidos tres relieves: en el centro, dentro de un marco con forma de escudo, JHS, el anagrama de los jesuitas; a la izquierda, dentro de un círculo, dos figuras humanas, hombre y mujer, que representan las ánimas del Purgatorio; a la derecha, en otro círculo, la cruz de la Orden de Predicadores (cruz griega de brazos iguales y flordelisada). Es visible en otros lugares la Cruz de la Orden militar y religiosa de Calatrava, y también la Cruz de San Jorge de la Orden de Montesa.

Las paredes de piedra conservan otros testimonios del pasado. En una casa de la plaza del Altozano perviven, grabadas en los dinteles graníticos, las imágenes de los diferentes productos que se ponían a la venta en aquel comercio, seguramente arrendado por el propio concejo, que, como todos los de entonces, se veía obligado a arrendar sus propiedades (montes para el pastoreo, bodegas o locales) para autofinanciarse. Entre las numerosas fuentes, destacan la de Arriba y la de Cabolaldea, ambas de 1672.

Mogarraz perteneció al Condado de Miranda, del que consiguió independencia jurisdiccional en 1671, cuya ejecutoria podemos ver en el Archivo Municipal. Su encabezamiento dice así: "Executória de su Majestad firmada de su Real mano y despachada en toda forma en 24 de setiembre de 1671, por la que se exime a la Villa de Mogarraz de la jurisdicción de Miranda del Castañar y la constituye de pro si, libre y exenta de otra jurisdicción?".

La primera iglesia data del siglo XIII. Sobre sus ruinas se construyó en el siglo XVIII la actual, de estilo renacentista y con retablos barrocos. El atrio es posterior, de 1813, y la torre-campanario, cuya construcción comenzó el 22 de Febrero de 1684, con piedra de sillería y arcos de medio punto, es similar a las de Cepeda, La Alberca y Villanueva del Conde.

La primer Patrona de Mogarraz fue la Virgen del Arenal, cuya imagen se conserva en el altar de la Cruz. El 8 de Septiembre de 1657 se cambió la advocación por la de Virgen de las Nieves del Arenal. Posteriormente se perdió el segundo apellido.

De don Eufemio Puerto Cascón, otro ilustre mogarreño, reseño un pensamiento que hemos de tener en cuenta los serranos. Dice así: "Cuando se cuenta algo de alguien, debe contarse lo bueno, que lo malo es mejor enterrarlo". Su libro Mogarreño dapié es un verdadero tesoro en el que se encierran el pasado y el presente de Mogarraz, su historia, sus costumbres y formas de vida, sucesos alegres y truculentos, personajes destacados y curiosos, todo ello contado a través de un sinfín de historias y anécdotas. Retocadas literariamente, están también en él las nueves leyendas mogarreñas a que antes aludíamos, compendio de misterio y belleza ancestrales: El Charco de la mora encantá, El desengalgadero de las brujas, El bicho de Valjondo, El castaño de buenas noches, El llano de los judíos, El charco del diablo, El castaño de la traición, El tesoro de la Escobosa y El canchal del Malbán.

Nació en Mogarraz el 27 de Mayo de 1758 uno de los mogarreños más ilustres, Don Juan Antonio Melón, figura señera del Siglo de las Luces, gran erudito, amigo íntimo de Moratín y muy influyente en la cultura y la política de su tiempo. Quiso hacer de Mogarraz un pueblo culto, para lo que en su testamento dejó una manda a fin de que se instituyera una escuela de primaria

Solo en los últimos treinta años han obtenido importantes galardones en sus respectivas especialidades el fotógrafo Jacinto Maíllo Criado, el pintor Florencio Maíllo Cascón, el doctor Ángel Díez Cascón y el militar Argimiro Calama Rosellón. Pero no podemos olvidarnos de las mujeres mogarreñas, que a lo largo del año y calladamente, en la casa, el cortinal o al serano, en la calle, realizan unos espléndidos y coloridos bordados típicos de nuestra Sierra. Ni de los orfebres y los zapateros, artistas de la piel y muchos más.

Son muchos los mogarreños que han hecho historia en Mogarraz y fuera de sus límites, aparte de los ya reseñados. Citemos solo, de modo representativo, a Ambrosio Gascón, alias "el Gago", guerrillero durante la Guerra de la Independencia con Julián Sánchez, "El Charro". Y también a Agustín López, "el tío Maúro", el mejor "bailaor" de la Sierra de Francia.

Como herederos de todos ellos, los mogarreños han de perseverar en todo aquello que haga de Mogarraz un pueblo donde se cuide la naturaleza, el paisaje, los ríos, la arquitectura, las costumbres y tradiciones, la indumentaria, el arte popular, los ritos y las fiestas.

Andrés Barés Calama